Al menos 17 muertos y más de 30 heridos en combates en el sur de Trípoli
14 de los lesionados sufren contusiones de gravedad y entre los fallecidos hay cuatro milicianos del Ejército Nacional Libio
Al menos 17 personas murieron y más de una treintena resultaron heridas en intensos combates librados en las últimas horas en el extrarradio sur de Trípoli, bajo asedio de las tropas del controvertido mariscal Jalifa Hafter, hombre fuerte de país.
Fuentes militares próximas al Gobierno sostenido por la ONU en la capital explicaron hoy a Efe que 14 de los heridos sufren lesiones de gravedad y que entre los fallecidos hay cuatro milicianos del Ejército Nacional Libio (LNA), la plataforma de milicias liderada por el mariscal.
Los combates se libraron en la localidad de Tarhouna, un enclave rural estratégico esencial situado en unos 50 kilómetros al sur de la capital, en el centro de uno de los tres principales ejes que permiten el acceso a Trípoli. La conquista de Tarhouna es una de las llaves que facilitarían la toma del antiguo aeropuerto de la capital, en desuso desde la guerra de 2014.
«Las tropas de Hafter lanzaron un ataque en la zona (vecina) de Bagtha que repelimos. Están enviando refuerzos desde la región de Jufrah», en el desierto centro, advirtió la fuente, adscrita a la operación «Volcán de la Ira» coordinada por el Gobierno sostenido por la ONU en Trípoli (GNA) y la ciudad-estado de Misrata.
Los combates se han recrudecido en todo el frente sur de Trípoli desde que hace dos días el LNA anunciara que había logrado entrar y asentarse en el barrio periférico de Ghout al Reeh, uno de los que abren a puerta para el control de la ciudad de Gharyan , esencial para la caída de la capital.
Una supuesta victoria militar negada, sin embargo, por el Consejo Municipal de la ciudad, situada a unos 80 kilómetros al sur de Trípoli, que aseguró que se mantiene todavía bajo el control de milicias fieles al GNA. Según esa fuente, diversas unidades han sido enviadas a la ciudad para evitar que Gharyan caiga en manos de las fuerzas del este del país como ocurrió al inicio de la ofensiva.
Hafter, que cuenta con el apoyo expreso de Arabia Saudí, Francia y Rusia, emprendió la operación coincidiendo con la visita oficial a la capital Libia del secretario general de la ONU , Antonio Guterres, en un claro mensaje a la comunidad internacional.
Desde entonces, los combates han costado la vida a más de medio millar de personas , causado heridas a más de 5.000 y obligado a más de 20.000 familias a abandonar sus hogares y a convertirse en desplazados internos.
Los enfrentamientos han afectado también gravemente a los miles de migrantes que se encuentran hacinados en centros de detención gobernados por milicias afines al GNA en la capital y sus alrededores. Libia es un Estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera militarmente a la victoria de los diferentes grupos rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi.
Desde el fallido plan de paz de la ONU de 2015 tiene dos gobiernos, uno reconocido por la comunidad internacional e impuesto en Trípoli, y otro bajo tutela de Hafter, un exmiembro de la cúpula gadafista que en los años ochenta fue reclutado por la CIA y se convirtió en el principal opositor a Al Gadafi en el exilio.
De la situación actual se benefician decenas de señores de la guerra y milicias de tendencia islamista radical dedicados al contrabando de armas, personas y combustible, verdadero motor de una economía destruida.
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