Los médicos niegan el permiso para trasladar a Navalni al extranjero pese a que un avión lo está esperando

Su portavoz ha señalado directamente al Gobierno de Moscú de estar detrás de esta decisión tomada

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Kira Yarmysh, la portavoz del opositor ruso Alexei Navalni, hospitalizado de urgencia en la ciudad de Omsk después de haber sido presuntamente envenenado con una toxina, ha denunciado que los médicos, presionados por el Kremlin, se niegan a autorizar su traslado a otro hospital tal y como se les había asegurado en un primer momento.

Yarmysh ha señalado directamente al Gobierno de Moscú de estar detrás de esta decisión tomada, ha dicho, «en el último momento», pues en un primer instante, «los médicos dijeron que estaban listos para autorizar el traslado».

Así lo ha comunicado a través de su cuenta de Twitter, en donde también ha denunciado que la vida de Navalni, en coma desde el jueves, está en peligro porque «el jefe de cuidados intensivos se niega a asumir su responsabilidad».

«El avión que organizamos para la evacuación de Alexei debería aterrizar en una hora. La prohibición de su traslado es un atentado contra su vida», ha añadido.

Ese transporte al que hace referencia Yarmysh, podría ser el de la ONG alemana Cinema for Peace, quien informó horas después de conocerse la situación de Navalni que fletaría un avión medicalizado para que el opositor pudiera ser trasladado a Berlín, junto a su mujer, según contó su presidente, Jaka Bizilj, al diario 'Bild'.

El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, aseguró después que el Ministerio de Sanidad ruso estaba dispuesto a autorizar el traslado si recibía una petición en ese sentido , sin embargo, denuncia Yarmysh, ahora «el equipo médico se niega a aprobar el traslado».

La cara de la oposición rusa

Navalni, una de las caras más visibles de la oposición al presidente ruso, Vladimir Putin, tuvo que ser ingresado de urgencias el jueves en un hospital de Omsk, en el centro sur de Rusia, tras encontrarse indispuesto durante un vuelo de vuelta a Moscú desde la ciudad siberiana de Tomsk.

Su caso recuerda al de otros opositores y disidentes rusos envenenados en los últimos años. En 2006, el antiguo agente del servicio secreto Alexander Litvinenko falleció tras haber tomado un té que contenía polonio-210, una toxina radiactiva, durante una reunión en Londres.

También en suelo británico, el antiguo espía convertido en agente doble Sergei Skripal y su hija fueron hallados inconscientes en marzo de 2018 frente a su residencia en Salisbury después de haber sido envenenados con un agente nervioso, si bien ambos consiguieron sobrevivir. Londres responsabilizó a las autoridades rusas de este suceso.

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