Martin Schulz, el efecto suflé

El candidato socialdemócrata dejó la presidencia del Parlamento Europeo convencido de que su opción por la justicia social en Alemania desbancaría a Merkel, pero su «efecto» apenas duró unas semanas en las encuestas

IVÁN DE LA MATA

ROSALÍA SÁNCHEZ

Martin Schulz dejó la presidencia del Parlamento Europeo, convencido de que su opción por la justicia social en Alemania desbancaría a Merkel, pero su «efecto» apenas duró unas semanas en las encuestas, se desinfló como un suflé y parece ya claro que la de canciller será otra de sus vocaciones frustradas. Dejó los estudios para ser futbolista y tuvo que renunciar a ese sueño por una lesión. Superó el alcoholismo apoyándose en su pasión por los libros y fue empresario en el sector editorial hasta que se lanzó a la política europea.

En la arena alemana, el triunfo electoral se le ha resistido , pero es el pequeño de cinco hermanos, está muy entrenado en eso de no darse por vencido para salirse con la suya, así que rápidamente ha reculado y ha formulado ya, antes incluso de abrirse las urnas, las condiciones que pondrá sobre la mesa para negociar un acuerdo de gran coalición que después someterá a la votación de las bases del Partido Socialdemócrata. Resume sus «líneas rojas» en los siguientes puntos: igualdad de salarios entre hombres y mujeres, garantizar plazas escolares gratuitas de horario prolongado, abordar una reforma que mejore las pensiones y una Europa más fuerte y solidaria. Respecto a los impuestos, Schulz está de acuerdo en desmantelar el Impuesto de Solidaridad, aunque propone comenzar sólo con los ingresos medios y bajos. Y coincide en la rebaja fiscal propuesta por la CDU, de forma que la tasa impositiva máxima del 42% se aplique sólo a partir de ingresos de 60.000 euros anuales.

En sus mítines habla mucho de política exterior y su colega Jo Leinen lo elogió diciendo que «sería un excelente representante de la política internacional alemana». Se preocupó por el retorno de Cuba a la comunidad internacional, exigió trabajo conjunto a Putin en la crisis de Siria y se comprometió con el acuerdo nuclear con Irán. También habló de un acuerdo sobre refugiados con Egipto y otros países africanos y conversó con Erdogan sobre el pacto entre la UE y Turquía. Tras la elección de Trump, Schulz reaccionó como un verdadero diplomático. «Merece el respeto de su alto cargo», dijo. Pero Sigmar Gabriel parece también bastante aferrado a Exteriores, así que habrá que ver quién se lo queda, si llega a buen puerto la reedición de la gran coalición con Merkel.

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