Marcha sangrienta en la franja de Gaza con al menos diez muertos

Los disparos de los soldados israelíes provocaron más de un millar de heridos

Una gran humareda provocada por la quema de neumáticos se levanta de la verja que separa Gaza de Israel Afp
Mikel Ayestaran

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La frontera entre Israel y Gaza se convirtió en un enorme muro de humo durante el nuevo viernes de protestas de la «Gran marcha del retorno» frente a la valla de separación. El humo negro y espeso de los miles de neumáticos quemados por los manifestantes cubrió el cielo de la Franja en una movilización que acabó con al menos diez muertos por disparos de Israel y más de mil de heridos , según el Ministerio de Salud gazatí. Los soldados abrieron fuego contra una protesta que reclama el derecho a volver a sus tierras de los refugiados palestinos en la que tomaron parte unas 10.000 personas, según las fuerzas israelíes, lo que significa que fue mucho menos concurrida que la de hace una semana, en la que marcharon 30.000 personas y acabó con 15 muertos y 800 heridos de bala. Pese al deseo de los organizadores, no hubo apenas movilizaciones en Cisjordania y volvió a ser Gaza el epicentro de la marcha.

El Comité Popular encargado de dirigir la protesta llamó a los gazatíes a acudir «de forma pacífica» a las cinco acampadas levantadas a lo largo de los 65 kilómetros de la frontera. Las tiendas se sitúan a 700 metros de la frontera y allí se quedaron familias enteras que acudieron para tomar parte en una marcha que ha logrado superar las diferencias políticas y unir a los palestinos, ya que la mayoría de la población de Gaza (un 70% de los dos millones de habitantes) está formada por refugiados expulsados de sus tierras tras la creación de Israel en 1948 . Grupos de jóvenes avanzaron hasta la misma frontera y, pese a las peticiones de los organizadores de no dar motivos a los israelíes para disparar, lanzaron piedras y quemaron neumáticos.

El humo dificultó el trabajo de los francotiradores y de los aviones no tripulados israelíes. El Ejército señaló a través de un comunicado que a lo largo de la jornada se realizaron «varios intentos de dañar y cruzar la valla de seguridad, bajo la cobertura de la pantalla de humo creada por la quema de neumáticos» y también hubo «intentos de cometer ataques terroristas, incluido el lanzamiento de artefactos explosivos, bombas incendiarias y dañar la valla de seguridad». Además de «disparos de acuerdo con las reglas de enfrentamiento», los militares recurrieron a «métodos de dispersión de disturbios, incluidos cañones de agua para apagar fuegos y un gran ventilador para dispersar el humo». Organizaciones de derechos humanos denunciaron a lo largo de la semana «el uso excesivo de la fuerza» empleado por los militares y otras, como la israelí Betselem, publicaron anuncios en prensa pidiendo a los soldados que desobedecieran las órdenes y no dispararan a manifestantes desarmados.

Resistencia pacífica

«No queremos más mártires, eso es lo más importante. Que la gente proteste de forma pacífica y que nadie muera o resulte herido», insiste Salah Abdel Ati , abogado y activista de los derechos humanos gazatí que forma parte del Comité Popular que dirige esta marcha que no terminará hasta el 15 de mayo, 70 aniversario de la creación del Estado de Israel , conocida por los palestinos como la Nakba (catástrofe ). Al Fatah y Hamás forman parte del comité, pero sus banderas están lejos de las acampadas donde solo se puede ver la enseña nacional palestina.

Los dirigentes islamistas, que controlan Gaza desde hace una década, parecen dispuestos a aparcar la lucha armada de forma temporal para dar una oportunidad «al modelo inspirado por Indira Ghandi o Nelson Mandela , pero necesitamos que el mundo nos escuche y se dé cuenta de que llevamos 70 años viviendo como refugiados, ¿hasta cuándo?», se pregunta Ahmed Yusef , dirigente de Hamás que por segundo viernes acudió a las acampadas. Junto al tema de la partición de Jerusalén, con el oeste como capital de Israel, y el este, de Palestina, la cuestión del regreso de los cinco millones de refugiados, defendida por la resolución 194 de la ONU , es otro de los temas clave en la negociación congelada entre israelíes y palestinos.

Frente al discurso amable y tranquilo de Yousef, Yehiya Al Sinwar , máximo responsable del grupo islamista en la Franja, aseguró ante miles de manifestantes que «levantaremos las fronteras, arrancaremos sus corazones y rezaremos en Jerusalén». Una consigna que no forma parte de las palabras pronunciadas por el comité responsable de la marcha, pronunciada por el hombre con más poder de la Franja.

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