Maduro busca dividir a la oposición con su masivo indulto de presos políticos
El líder chavista «busca el reconocimiento internacional de las elecciones del 6 de diciembre», afirman varios analistas
El régimen de Nicolás Maduro intenta lavarse la cara, legitimarse ante la comunidad internacional y dividir más a la oposición que mayoritariamente apoya al presidente interino Juan Guaidó a través del indulto de 110 presos políticos para que se inscriban en las elecciones legislativas de diciembre. Un sabor agridulce entre llanto y alegría ha producido la liberación inesperada pues sólo 50 de los 110 beneficiados de la medida son presos políticos, afirman Alfredo Romero y Gonzalo Himiob, directores del Foro Penal Venezolano.
Todavía quedan unos 330 políticos y militares tras las rejas y decenas de perseguidos en el exilio. «Todos estos presos deben ser puestos en libertad de forma inmediata e incondicional», expresó la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, al secundar el clamor que viene haciendo la oposición venezolana.
El presidente interino Juan Guaidó celebró la liberación de los presos políticos aunque calificó la medida como una «trampa» en la que los factores opositores no caerán. Envió un mensaje a través de twitter donde criticó que la medida de indultos o sobreseimientos no haya incluido a todos los prisioneros por razones políticas, sean civiles, militares o policiales. Guaidó señaló que el régimen trata de legitimar «las maniobras del momento. Y, esta vez quieren legitimar una farsa. Una farsa que está derrotada a nivel legal, político, popular e internacional. Es una trampa y no vamos a caer».
También alertó al país y a la opinión pública internacional sobre que en esa lista de 110 hay 26 diputados. «El 15 % del Parlamento perseguido o en prisión. No se indulta a inocentes ni a quienes tienen inmunidad. Es la dictadura usándolos como piezas de canje, mientras sigue la persecución»,
Para el director de Datanálisis, Luis Vicente León : «Es obvio que el gobierno sabe que controlará la elección parlamentaria y ha decidido darle un marco más potable a una elección impresentable, poniendo sobre la mesa algo de “magnanimidad” política que sabe que no legitimará la elección pero si podría fracturar aún más a la oposición». Por su lado, Felix Seijas de la encuestadora Datos calificó la maniobra de Maduro de astuta. «Son pasos que da el régimen buscando su objetivo principal, que es el reconocimiento de la elección del 6 de diciembre», dijo, y los da cuando, a su juicio, ya ha asegurado un triunfo en el proceso, con medidas como la intervención de los principales partidos de oposición y los indultos.
El ex alcalde del caraqueño ayuntamiento Chacao, Ramón Muchacho, sostiene que «el principal interés de Maduro en este momento es levantar sanciones, y descabezar y desmantelar al gobierno legítimo reconocido por cincuenta países, instalando en enero una nueva Asamblea Nacional que sea controlada por él y reconocida por la oposición y por la comunidad internacional… Pero no lo veo. La tiene difícil. Maduro puede instalar la Asamblea Nacional que le dé la gana, pero no será reconocida por nadie». Muchacho sostiene que Maduro no logrará ese objetivo, pero podría obtener logros parciales: que una parte de la oposición participe en las «elecciones», que una parte de la oposición reconozca a una nueva Asamblea Nacional «electa» en diciembre y controlada por él, y que la misma sea reconocida por una parte de la comunidad internacional -incluyendo a algunos países que hoy reconocen a Guaidó.
«Si Maduro lograra esa “victoria parcial” -que no pírrica-, el 6 de enero amaneceríamos con una oposición mucho más dividida y debilitada, y con un apoyo internacional mermado. Maduro lo sabe y juega sus cartas», concluye el ex alcalde.
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