Macron quiere que la Alemania de Scholz suavice el pacto de estabilidad
El nuevo canciller alemán no define en París sus planes sobre gobernanza económica y apuesta por la transición energética
Von der Leyen fue menos receptiva a la idea de rebajar el rigor de la deuda y el déficit en su encuentro con el líder germano
Emmanuel Macron y Olaf Scholz confirmaron este viernes al unísono una «convergencia sólida de puntos de vista», bilaterales, europeos e internacionales, económicos, sociales y políticos, reafirmando su decisión de trabajar juntos por el relanzamiento de la Unión Europea (UE).
Confirmando una tradición que tiene varias décadas de historia, tras el histórico encuentro del general De Gaulle y el canciller Konrad Adenauer, el mes de septiembre de 1958, con el que se fundó de manera solemne la histórica reconciliación franco-alemana, París y el palacio del Elíseo fueron el primer destino del nuevo canciller , para reafirmar la continuidad diplomática que han respetado todos los cancilleres y presidentes desde hace setenta años.
Tras la comida de trabajo, el presidente Macron presentó una breve rueda de prensa común en estos términos: «Esta visita se realiza en un momento muy importante para reafirmar las sólidas bases de la cooperación entre nuestros países, en el terreno bilateral y el terreno europeo, sobre las grandes cuestiones internacionales».
El canciller Scholz le respondió confirmando su confianza en la solidez de los proyectos comunes: «Existe una convergencia muy sólida de puntos de vista, expresión de una voluntad de trabajar juntos en el proyecto de reforzar el puesto de Europa en todas sus direcciones, de la seguridad a la diplomacia, pasando por la economía».
Punto ultrasensible: ¿Cómo relanzar Europa? ¿Reformando el pacto de estabilidad europeo que ha enfrentado a los países del norte, partidarios de la austeridad presupuestaria, y los países del sur, partidarios de un cierto ‘relajo’ y flexibilidad?
El canciller Scholz avanzó una posición ecuménica, abierta a un compromiso global, en estos términos: «Mantener el crecimiento engendrado por los fondos europeos de relanzamiento no es contradictorio con la firmeza de las cuentas públicas: son dos rostros del mismo esfuerzo. Estoy seguro de que seremos capaces de encontrar nuevas reglas comunes». En ese mismo terreno, Macron matizó con mucha diplomacia las negociaciones de fondo, por venir: «Debemos encontrar nuevas flexibilidades, o negociar nuevas reglas comunes para cumplir nuestros objetivos».
Durante la breve rueda de prensa, Emmanuel Macron parecía satisfecho del apoyo prometido por Olaf Scholz a varios de los grandes proyectos de la Presidencia francesa durante el próximo semestre : salario mínimo europeo, tasa carbono en las fronteras de la UE, soberanía estratégica europea (militar y policial), reforma del espacio común de seguridad interior, el espacio Schengen, con una atención especial al control policial de las fronteras comunes…
Ponerse de perfil
La pareja Macron-Scholz comparte el mismo análisis de fondo ante los prblemas más inmediatos, comenzando por la crisis híbrida en las fronteras de Polonia y Hungría, lanzando un nuevo llamamiento al «diálogo» con Vladimir Putin . En este asunto, Scholz escuchó el mismo discurso en Bruselas, la segunda escala de su primer viaje oficial. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Layen, dijo en la comparecencia conjunta que en la UE «queremos una buena relación con Rusia, pero depende ante todo de la forma en que Rusia se comporte. Rusia está adoptando una postura amenazante hacia sus vecinos y eso socava la seguridad de Europa».
Ambos se conocen bien, puesto que fueron miembros del mismo gabinete en la época de la canciller Angela Merkel y ambos saben también que en la discusión sobre la revisión del Pacto de estabilidad es la Comisión la encargada de hacer la propuesta y de gestionar más adelante su cumplimiento. Scholz mantuvo la misma relativa ambigüedad que ya había mantenido en París poco antes sobre la posición que adoptará su Gobierno cuando sea necesario volver a las reglas de control de gasto y de deuda, aunque en este caso el alemán adelantó que el nuevo Gobierno de coalición ha decidido utilizar una parte de los fondos que había programado para ayudas a la recuperación y que no han sido utilizados durante la pandemia, unos 30.000 millones de euros, a «fuertes inversiones» en la transición energética. Cuando le preguntaron sobre la taxonomía de la energía verde que la Comisión ha empezado a publicar, no quiso entrar en el detalle que puede causar las primeras tensiones dentro de la coalición de Gobierno de si las nucleares se pueden considerar buenas o malas para el objetivo de reducción de emisiones.
En eso, la presidenta de la Comisión puede intentar una solución salomónica que sirva al mismo tiempo para aceptar como tecnologías de transición a las centrales nucleares que tiene Francia y el gas que recibe Alemania de Rusia . «No hay una sola tecnología que sirva para resolver todos los problemas» dejó dicho la presidenta Von der Leyen . Sin embargo surgió la pregunta de si las tensiones con Rusia derivasen en sanciones económicas cntra el régimen de Valdimir Putin y si eso incluiría el gasoducto alemán Nord Stream, la presidenta dijo que «la energía no debe ser utilizada como arma».
También visitó Bruselas la nueva primera ministra sueca, Magdalena Andersson . Habitualmente habría sido recibida con una cordial atención y preferencia, pero como sucede frecuientemente en la UE, el imponente peso de Alemania se pone de manifiesto incluso en estos detalles aparentemente menores.
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