Macron: «No podemos resolver los problemas mundiales si no trabajamos juntos»
Horas antes de la apertura oficial del G-7, con una cena de trabajo, el presidente de la República francesa tomó la iniciativa inédita para hacer un balance previo de los problemas y desafíos que deberá afrontar la cumbre
Ante el G-7 más dividido y problemático de la historia, Emmanuel Macron ha lanzado un mensaje solemne: «No podemos resolver los grandes problemas mundiales si no trabajamos juntos».
Horas antes de la apertura oficial del G-7, con una cena de trabajo, la tarde/noche del sábado, el presidente de la República francesa tomó la iniciativa inédita , sin precedentes, para hacer un balance previo de los problemas y desafíos que deberá afrontar la cumbre de los siete grandes occidentales , con una intervención retransmitida en directo por todas las cadenas de radio y tv francesa.
Según Macron, el G-7 de Biarritz está centrado en cuatro grandes temas : la estabilidad y la paz en el mundo; las incertidumbres que pesan sobre la economía mundial; la desigualdad social y cultural; el cambio climático y la diversidad.
Voluntarista pero consciente de la realidad más problemática, Macron comenzó por reconocer que «no estamos de acuerdo en muchas cosas; quizá por eso mismo es siempre muy urgente dialogar para intentar buscar puntos de entendimiento y cooperación».
En el terreno crucial de la estabilidad y la paz en el mundo, los miembros del G7 están muy divididos ante las crisis de Irán, Siria, Ucrania… A juicio de Macron es urgente evitar «escaladas».
En el terreno inflamable del incierto futuro de la economía mundial, Macron considera «muy urgente» evitar la proliferación de crisis que están amenazando el crecimiento mundial. Las guerras comerciales entre los muy grandes (EE. UU., China, UE) son un riesgo catastrófico para el crecimiento y la producción de riqueza. A juicio de Macron, «necesitamos más crecimiento para crear más puestos de trabajo; debemos ser conscientes que las tensiones son malas para todo el mundo… este G7 debe intentar conseguir una desescalada e intentar evitar guerras comerciales, intentar relanzar intentar acuerdos invertir en el futuro».
En el terreno «global» de «la lucha de las desigualdades» (una propuesta de trabajo de Macron, mal recibida por la mayoría del G7), Macron se considera «optimista», y cree posible contar con la buena voluntad de las empresas y los Estados para mejorar las condiciones de trabajo y la igualdad entre hombres y mujeres, en los cinco continente del planeta.
En el terreno de la biodiversidad y el medio ambiente, Macron ha introducido varios temas que han creado divisiones inflamables.
El presidente francés anunció la tarde del viernes que su gobierno «rechazará» el acuerdo comercial entre la UE y Mercosur, para protestar contra el comportamiento del gobierno de Brasil ante la crisis de Amazonia. El gobierno alemán se apresuró a «matizar», afirmando, oficialmente, que la «ruptura» del acuerdo UE / Mercosur le parece «muy mala idea».
Horas más tarde, Macron decidió evitar ese riesgo de enfrentamiento, grave, para volver a ideas más generales con acentos «líricos» de difícil traducción concreta: «Debemos lanzar un llamamiento mundial en defensa de Amazonia. Debemos movilizarnos, para ayudar a Brasil y para investir en la reforestación de ese tesoro de la diversidad ecológica mundial».
A juicio de Macron, la cumbre del G7 debiera terminar, el domingo, anunciando «medidas concretas» , que debieran asumir productores y transportistas internacionales, para mejorar la calidad de su trabajo, evitando gasto improductivo, intentando reducir la polución.
Macron terminó su alocución solemne y previa con un «ataque» de muy tímido realismo: «Quizá no nos pongamos de acuerdo en todo. Pero nuestra voluntad es esta: hacer proposiciones, reducir los desacuerdos no aceptar la fatalidad. Tenemos desacuerdos, pero los grandes temas no los podremos resolver si no trabajamos juntos».
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