Macron coquetea con la idea de dimitir y convocar elecciones anticipadas
Esto le permitiría para salir «por lo alto» de una crisis política que la pandemia ha agravado en varios frentes inflamables
Emmanuel Macron estaría dispuesto a disolver la Asamblea Nacional (AN), presentar su dimisión y convocar elecciones anticipadas, para salir «por lo alto» de una crisis política que la pandemia ha agravado en varios frentes inflamables.
Es la hipótesis, altamente especulativa, que, según el matutino Le Figaro (conservador), tradicionalmente bien informado, habría «evocado» el presidente de la República durante una videoconferencia con inversores y donantes internacionales.
La soledad política de Macron es una realidad muy sólida . Su partido, La República En Marcha (liberal reformista), ha perdido la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional (AN, primera cámara del Parlamento francés). Y han estallado rencillas correosas entre sus consejeros en el Elíseo, el grupo parlamentario y el partido.
La segunda vuelta de las elecciones municipales del próximo día 28 se anuncia catastrófica para el partido presidencial, incapaz de conseguir una implantación nacional digna de ese nombre.
Han aparecido tensiones entre el presidente y su primer ministro, Édouard Philippe , de un alcance difícil de calibrar y compleja gestión.
El estallido de tensiones sociales y raciales es percibido como un problema nacional de fondo, que puede crecer al ritmo de la propagación temible de la crisis económica, cuando comienza a instruirse la próxima crisis judicial, con un costo político previsiblemente duro.
Ante tal cúmulo de nubarrones políticos, económicos y sociales, los mejores analistas estiman que Macron está «condenado» a cambiar de Gobierno. Y se piensa que la crisis gubernamental pudiera estallar entre finales de junio y mediados de julio , antes o después de la fiesta nacional del 14 de julio, empañada por la pandemia, este año.
Le Figaro considera creíble la eventualidad de una disolución de la Asamblea Nacional y una dimisión del presidente, para convocar elecciones anticipadas, en un plazo relativamente corto, durante los próximos cien días, antes de Navidad, en cualquier caso.
Siendo altamente especulativa, se trata de una hipótesis que soporta un análisis racional. Al día de hoy, no existe partido ni rival político creíble para Macron y para su partido. La derecha tradicional continúa huérfana de Nicolas Sarkozy . A la espera de un milagro en la segunda vuelta de las elecciones municipales.
El socialismo francés continúa hundido en la peor crisis de su historia, sin líder, sin programa, sin militantes. Solo la extrema izquierda y la extrema derecha populistas ejercen una oposición permante. Oposición chirriante, gesticulante, pero nada creíble como alternativa práctica.
Jean-Luc Mélenchon , líder de La Francia Insumisa (LFI) es un político «bolivariano» que tiene su público, que solo puede aspirar una oposición tan «radical» que roza la insignificancia práctica.
Marine Le Pen , presidente de Agrupación Nacional (AN, exFrente Nacional, FN) sueña con una «revancha» a su derrota en la segunda vuelta de las presidenciales del 2017. Marine, como la llaman sus militantes, intenta «enterrar» el legado extremista y vociferante de su padre, Jean-Marie. Pero solo se cotiza como aspirante sin posibilidades reales de ser elegida presidenta de Francia, con un partido sin implantación nacional, envuelto en un rosario de escándalos jurídicos.
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