Macri, antes de su investidura, «feliz y consciente de la gran responsabilidad que tiene por delante»

Las calles de Buenos Aires anunciaban en la medianoche del jueves un evento importante. Bocinas, gritos en la calle y alguna cacerola que recordaba días difíciles, pero que en esta ocasión tenían otro significado: terminaba el mandato presidencial de Cristina Fernández de Kirchner.

A la hora en punto, como si del festejo de Nochevieja se tratara, empezaron a sonar más fuertes aún las bocinas, se lanzaron incluso fuegos artificiales y frente a la casa del presidente electo Mauricio Macri en el centro de la ciudad se reunieron de forma espontánea centenares de personas que gritaban: «Sí se puede» y cantaron el himno argentino cuando Mauricio se asomó al balcón a saludar junto a su mujer, Juliana Awada . Mientras, a la misma hora en otra parte de Buenos Aires, Cristina Kirchner decía adiós a ocho años como presidenta y doce de kirchnerismo en el poder ante decenas de miles de militantes congregados en la Plaza de Mayo.

Desde las 12:00 (16:00 horas en España) de hoy Mauricio Macri jura su cargo en el Congreso. No está confirmado si la toma de juramento se la hará Federico Pinedo (presidente provisional) a Macri y luego Macri una vez que jure se lo hará a Gabriela Michetti (vice electa). Después de idas y vueltas y una transición desordenada que incluso exigió ayuda de la Justicia para que se aclare finalmente cuándo expiraba el mandato de Kirchner , a Macri, en principio, le tomará juramento Gabriela Michetti, vicepresidenta electa una vez que ella jure ante Federico Pinedo, presidente provisional entre la asunción de Macri y el fin del mandato kirchnerista.

Fuentes cercanas a Macri señalaron que el presidente electo está «feliz, emocionado y consciente de la gran responsabilidad que tiene por delante».

El sector «K» del Congreso, la nueva oposición, aseguró ayer que no iría a la jura, aunque la gran ausente será la propia Kirchner. La ya expresidenta argentina no le hará entrega del bastón de mando ni la banda presidencial en la Casa Rosada como se hace tradicionalmente. El acto comenzará después de trasladarse en un coche descubierto desde el Congreso a la «Rosada» donde, en principio, le tomaría juramento el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti.

Posteriormente, el presidente saludará a los jefes de Estado y de Gobierno y a las delegaciones extranjeras en el Palacio San Martín después de mucho desconcierto y preocupación por un improvisado protocolo de seguridad.

Hasta última hora de ayer, tanto los horarios así como el desarrollo de las ceremonias de traspaso de mando eran inciertos. Desde la Casa de Gobierno no podían garantizar ni cuándo comenzaría la ceremonia ni cómo se llevaría a cabo.