Lula vuelve a la carrera por la Presidencia de Brasil

El exmandatario confirmó alianza con derechista Geraldo Alckmin, que fue su principal adversario en la elección de 2006

Lula, este sábado durante la presentación de su candidatura REUTERS

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Favorito en los sondeos para las elecciones de este año, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva lanzó este sábado su candidatura presidencial apoyado por la mayor alianza de partidos de izquierda que ya lo respaldó desde 1994 y presentando como vicepresidente de su plancha a su viejo adversario de la derecha, el exgobernador de São Paulo, Geraldo Alckmin, con quien pretende conquistar los votos de electores conservadores.

«Es un momento muy especial en mi vida, especial por contar con ustedes, por haber conseguido por la primera vez juntar todas las fuerzas políticas progresistas en torno a mi campaña», afirmó Lula da Silva sobre los siete grupos que lo acompañan , durante el evento realizado en un centro de convenciones, en la zona norte de São Paulo.

Uno de esos partidos de la alianza 'Vamos Juntos por Brasil' es el Partido Socialista Brasileño (PSB) al que Alckmin se afilió recientemente para apoyar a Lula. El exgobernador liberal y cristiano fervoroso, que ya fue el principal adversario de Lula en la campaña presidencial de 2006, participó en el evento por vídeo, desde su casa, donde se recupera de Covid, explicándole a sus seguidores que la alianza con Lula es «un llamado a la razón».

«Cuando Lula me extendió la mano, vi en ese gesto mucho más que una señal de reconciliación entre dos adversarios históricos, vi un llamado a la razón», destacó Alckmin.

Y Alckmin llamó a «otras fuerzas políticas» a sumarse al proyecto con el petista. «Vengan y únanse a nosotros. Las próximas elecciones tienen una peculiaridad: serán una gran prueba para nuestra democracia. Sin Lula, no habrá alternancia en el poder , y sin alternancia en el poder, no habrá garantías para nuestra democracia», afirmó Alckmin.

Lula reforzó las palabras de su nuevo aliado. «Somos de partidos diferentes, fuimos adversarios. Estoy contento de tenerlo como aliado», celebró el viejo sindicalista, que vuelve a estampar su rostro en las cédulas por sexta vez, a los 76 años.

Geraldo Alckmin, durante la transmisión de su discurso AFP

Carta en la manga

Alckmin es considerado por analistas el principal triunfo de Lula en esta campaña, una especie de garante del compromiso del expresidente con el mercado financiero, con sectores conservadores y con los electores del interior de São Paulo y del sur del país, donde el bolsonarismo tiene parte de su fuerza.

Los sondeos más recientes confirman que Lula y su Partido de los Trabajadores (PT) son favoritos a vencer en las elecciones de octubre, con cerca de un 45% de las intenciones de voto, frente a un 31% del actual presidente, el ultraderechista Jair Bolsonaro. Las mismas encuestas pronostican que Lula vencería a Bolsonaro en una segunda vuelta por un 54% contra el 34%.

Los sondeos más recientes confirman que Lula y su Partido de los Trabajadores (PT) son favoritos a vencer en las elecciones de octubre, con cerca de un 45% de las intenciones de voto

«El grave momento que atraviesa el país, uno de los más graves de nuestra historia, nos obliga a superar cualquier diferencia para construir juntos un camino alternativo a la incompetencia y al autoritarismo que nos gobierna», explicó el izquierdista refiriéndose al actual presidente.

La semana pasada, Jair Bolsonaro apoyó una vez más actos antidemocráticos y sigue dando señales de que no aceptará una derrota en las urnas.

En un largo discurso frente a una bandera brasileña, actualmente asociada al bolsonarismo, Lula defendió el medio ambiente y los pueblos indígenas, que han sufrido con el avance de la deforestación, apoyada por Bolsonaro y su gobierno.

«Es más que urgente restaurar la soberanía. Pero esto no se limita a la importantísima misión de proteger nuestras fronteras. También es para defender nuestra riqueza mineral, nuestros bosques, nuestros ríos, nuestros mares, nuestra biodiversidad», defendió.

El expresidente criticó la actual gestión, el aumento de la inflación, de los precios, y el retorno de Brasil al mapa del hambre , aprovechando para referirse a una de las principales conquistas de sus Gobiernos (2003-2011), cuando lanzó el programa de combate a la miseria 'Fome Zero'. Lula también cuestionó la reducción de las inversiones en educación, tecnología y cultura encabezadas por Bolsonaro.

Para encerrar su discurso, el exmandatario recordó los 580 días que pasó en la prisión, los que llamó de la «mayor persecución política y judicial» de la historia de su país contra un político. Lula recordó que volvió al juego político por reconocimiento de su inocencia por parte de la Corte Suprema y de la ONU, y afirmó que no tiene rencor por lo que pasó . El candidato también agradeció a su novia, la socióloga Rosangela da Silva, con quien tiene previsto casarse el 18 de mayo.

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