La lucha entre bandas por el control del territorio, causa de la matanza en una cárcel de Ecuador
El presidente Guillermo Lasso, que convocó un comité de crisis, ha decretado el estado de excepción del sistema carcelario durante 60 días
Un operativo policial, la madrugada de ayer requisó armas blancas y granadas en la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil . Ocurrió al día siguiente de haber recuperado decenas de cuerpos sin vida de presos, masacrados el martes, en una jornada sangrienta que dejó 118 muertos y al menos 86 heridos , producto de violentos enfrentamientos entre bandas criminales, vinculadas al narcotráfico, que controlan la prisión.
Fue una matanza atroz, que pudo ser dimensionada solo un día después, cuando diferentes unidades de Policía pudieron ingresar a los pabellones, porque el día de los sucesos, el martes 28, se habló de 24 fallecidos, y las autoridades anunciaban que tenían el control de la cárcel. No fue así.
Hacia el mediodía del miércoles, el director del Servicio de Atención Integral para Personas Privadas de Libertad (SNAI), Bolívar Garzón , daba cuenta de la cifra de fallecidos, lo que produjo conmoción general, en un país que no sale de su asombro al enterarse de las historias de terror que daban cuenta de cuerpos decapitados y mutilados.
El presidente, Guillermo Lasso, decretó el estado de excepción del sistema carcelario del país, por 60 días; y se trasladó de Quito a Guayaquil, para encabezar un Comité de Crisis. «Es lamentable que las cárceles se las pretenda convertir en un territorio de disputa de poder entre bandas delincuenciales», dijo el mandatario, quien aseguró que no cejarán hasta recuperar el control de la Penitenciaría del Litoral y evitar que estos hechos se repitan en otros centros carcelarios.
Dolor y llanto
El miércoles fue una jornada de dolor y llanto; la desesperación se apoderó de los familiares de los reclusos que coparon los accesos al complejo penitenciario, en buscaba de información sobre sus seres queridos; hubo gritos desgarradores cuando los nombres aparecían en la lista de fallecidos, o los identificaban en vídeos de gran crudeza, enviados desde dentro de la cárcel.
El desfile de ambulancias se dio a lo largo de toda la jornada, durante la cual decenas de policías en motocicletas, así como militares en carros blindados, permanecieron apostados a las afueras de la prisión, dando una sensación de una suerte de guerra del Estado contra los cárteles, a la vez que confirmaba que el control de la cárcel no estaba en manos de las autoridades.
Ayer, el dolor se trasladó al coliseo del parque Samanes, donde hubo un punto de información para indagar sobre sus familiares presos, y en el exterior del laboratorio de criminalística, a donde acudieron para identificar los cuerpos. Fue una tarea complicada no exenta de drama y sufrimiento porque muchos habían sido incinerados. En lo que va del año han muerto en enfrentamientos en la cárcel 242 personas hasta agosto pasado.
Este nuevo episodio de enfrentamientos y muertes en las cárceles es el segundo en lo que va durante el Gobierno de Guillermo Lasso, quien asumió el poder el 24 de mayo pasado. En julio, 22 reos murieron en dos enfrentamientos en la misma Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil, y en la cárcel de Latacunga, en el centro del país. Y, días atrás, otra prisión de Guayaquil fue atacada por drones desde el exterior. La anterior masacre ocurrió el 23 de febrero pasado, con el saldo de 79 muertos. Gobernaba el país Lenín Moreno.
Sobrepoblación en las cárceles
Uno de los mayores problemas del sistema penitenciario ecuatoriano es la sobrepoblación, que se estima en alrededor del 33% . En las cárceles de Ecuador el hacinamiento es inhumano; sin condiciones sanitarias, las enfermedades físicas y hasta las mentales son también recurrentes. Se trata de un problema estructural, producto de un modelo penitenciario fracasado, en el cual 40% de los presos no tienen sentencia, a lo que hay que añadir el enorme déficit de agentes penitenciarios, porque solo habría un agente por cada 240 presos.
La otra grave realidad es la presencia de bandas vinculadas a los cárteles mexicanos, ya admitida por las autoridades. De los 40.000 presos del país más de 25 000 pertenecerían a 10 grupos criminales. Los principales son ‘Los Choneros’, brazo armado del cártel de Sinaloa;y ‘Los Lobos’, que dan seguridad a Jalisco Nueva Generación, según narra a ABC Arturo Torres, cofundador del portal Código Vidrio y autor de ‘El juego del camaleón’, quien considera que en las cárceles del país «no hay Inteligencia; no se anticipa nada; solo se recoge cadáveres». El Gobierno habla de que cuenta con un plan estratégico para encarar todas las dificultades y falencias.
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