El gobierno de Johnson pide un nuevo protocolo irlandés
Sostiene que «no funciona» y fue redactado «a toda prisa»
En un nuevo capítulo del tira y afloja entre el Reino Unido y la Unión Europea a costa de su reciente divorcio, el gobierno del primer ministro Boris Johnson ha exigido un nuevo protocolo irlandés que sustituya al que existe actualmente, y que forma parte del acuerdo del Brexit , ya que «no funciona». En una intervención este martes en Lisboa, el ministro británico para el Brexit, David Frost, que ejerció como negociador jefe de los británicos, se preguntó: «¿Qué le cuesta a la UE poner un nuevo protocolo en marcha? En nuestra opinión, muy poco». Precisamente, el Ejecutivo ya había anunciado hace unos días que tenía listos para ser enviados a Bruselas una serie de documentos legales que incluyen cambios importantes en el tratado inicial, cuya puesta en marcha ha estado llena de problemas. También la UE tiene lista una propuesta, que presentará este miércoles, con nuevas ideas que puedan no solo apaciguar los ánimos, sino además conseguir que se alivien las tensiones y pueda por fin ponerse en funcionamiento el acuerdo, una propuesta que, según Frost, el gobierno considerará «seria, total y positivamente», ya que «se necesitan dos» para arreglar la conflictiva situación que atraviesan ahora mismo las relaciones entre Londres y Bruselas.
Hace solo un mes, Frost ya amenazó con paralizar el acuerdo sobre Irlanda del Norte , al decir en la Cámara de los Lores que la UE debería tomar en serio la propuesta británica de renegociar parte del protocolo, que forma parte del Brexit, si quiere evitar su colapso, y advirtió de que Londres está preparado para utilizar la salvaguarda del artículo 16 del Protocolo «si esa es nuestra única opción para hacer frente a la situación que tenemos ante nosotros», dijo entonces. Ahora, ha ido más allá al manifestar que la UE estaría cometiendo un «error de juicio histórico» si no acepta el cambio. «No nos parece irrazonable volver a considerar un acuerdo si obviamente este no está haciendo lo que fue diseñado para lograr», declaró, y agregó «que la UE diga ahora que el protocolo, redactado con extrema prisa, en este momento de gran incertidumbre, nunca podrá mejorarse cuando es tan evidente que está causando problemas tan difíciles, será un error histórico », aseguró.
Frost defendió la posición británica diciendo que «sabíamos que algunos aspectos del Protocolo tal y como estaba cuando se acordaron en octubre de 2019, eran problemáticos» y matizó que «nosotros no los apoyamos particularmente», pero que al final «estuvimos de acuerdo con ellos porque era lo correcto para el país en general».
Irlanda del Norte recibió un estatus especial como resultado del acuerdo de divorcio, ya que comparte la frontera terrestre con la República de Irlanda, que es miembro de la UE. Precisamente, el Protocolo pretende que se cumpla con lo pactado en el Acuerdo de Paz de 1998 , que puso fin a tres décadas de violencia en Irlanda y que impiden que exista una frontera dura en la isla, con controles de aduanas o de personas. Inglaterra, Escocia y Gales, en cambio, ya no siguen las reglas comunitarias, pero ello obliga a que exista una frontera aduanera entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido, con controles sobre las mercancías que pasan de Gran Bretaña a esta región. Su implementación ha provocado hasta el momento la interrupción de las cadenas de suministro y el aumento del costo de los productos era los consumidores norirlandeses.