CRISIS DE GOBIERNO

¿Por qué ha llegado Portugal a este laberinto político?

La votación de este martes 10 de noviembre para tumbar a Passos Coelho se produce tras cinco semanas de incertidumbre desde las elecciones

Vista general de la sesión parlamentaria del martes en la que el gobierno presenta su programa en Lisboa EFE

FRANCISCO CHACÓN

El viaje político iniciado el pasado 4 de octubre en Portugal todavía no ha llegado a su final de trayecto. Aquel día se abrían las urnas con la gran expectación de ver por primera vez a un ex primer ministro, José Sócrates , saliendo de la prisión domiciliaria para votar. Llovía a mares en Lisboa, como una premonición de los tiempos turbulentos que se avecinaban.

Hoy, más de un mes después, la formación de nuevo gobierno se ha revelado como una verdadera pesadilla. ¿Por qué se ha llegado a este laberinto? La votación de este martes 10 de noviembre puede tumbar a Pedro Passos Coelho como jefe del Ejecutivo.

Todo arrancó con el caótico escrutinio de las elecciones legislativas: no se completó hasta varios días después de su celebración, cuando terminaron de contabilizarse los sufragios de la diáspora (más de 2,3 millones de portugueses viven fuera del país). El resultado fue que el centroderecha se quedó a sólo nueve escaños de la mayoría absoluta (107, de 116), con el Partido Socialista de António Costa estancado en 86 y dos actores aparentemente secundarios que, al final, tienen la llave para todo un vuelco: el Bloco de Esquerda (19) y la coalición entre comunistas y ecologistas (17).

El presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva , escuchó a todas las formaciones y se decidió por la segunda legislatura consecutiva de Passos Coelho, incluso en minoría, sólo 11 días atrás. Confiaba, por tanto, en un entendimiento con el PS.

El primer ministro le expresó al ex alcalde de Lisboa que estaba dispuesto a aceptar nada menos que 23 puntos del programa socialista con tal de formar una gran alianza que garantizase la estabilidad del país vecino. Pero Costa le dio un portazo y, de forma paralela, no tuvo ningún reparo en conversar con los dos grupos citados de la izquierda radical, aunque la comunicación entre ellos no es precisamente fluida.

Aparcar reivindicaciones

El acuerdo con este flanco parecía un hecho hace semanas, pero no se fraguó realmente hasta el pasado 6 de noviembre. Y todo porque tanto Catarina Martins como Jerónimo de Sousa aceptaron aparcar sus reivindicaciones sobre la salida del euro y de la OTAN.

Después de la votación, Cavaco Silva tomará la palabra de nuevo para adoptar una decisión crucial en los próximos días: ceder el testigo a António Costa secundado por los radicales o insistir en Passos Coelho sabiendo que su debilidad sería tan acusada que casi le impediría gobernar en la práctica.

En todo caso, esta última opción ya no le correspondería a él, pues su mandato termina en breve y se celebrarán elecciones presidenciales en enero . Sería su sucesor (él no se presenta a la reelección) quien tendría que asumir esa responsabilidad. Siempre teniendo en cuenta que no pueden convocarse nuevos comicios legislativos antes de abril. El ‘culebrón’ continúa.

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