En libertad «la viuda negra» de Nueva York, que buscó un sicario para matar a su marido y heredar su fortuna
A su abogado le dijo que quería los cuatro millones de dólares del seguro de vida de la víctima de la que iba a divorciar
Parece una película, pero es real. En noviembre saldrá en libertad condicional tras pasar doce años entre rejas y escapar de la justicia casi dos décadas. Se llama Bárbara Kogan pero es conocida como la «viuda Negra Nueva York» . ¿El motivo? Contratar a un sicario para que asesinara a su marido George Kogan, de 49 años, con el fin de apoderarse los cuatro millones de dólares del seguro de vida que este había sucrito.
La pareja estaba en trámites de divorcio desde hacía un año y la condenada no quería renunciar a lo que consideró «la suculenta herencia» de su millonario esposo. Tenía 47 años, ahora, 77. Ella llevaba un elevado tren de vida y no quería renunciar a él a costa de lo que fuese. Su apodo obedece a que s e exhibió vestida de negro tras el crimen en el que se hizo la sorprendida y durante el juicio, informa New York Post.
Los hechos ocurrieron hace casi treinta años: el 23 de octubre de 1990, va a hacer casi 30 años. Su marido recibió tres tiros por la espalda por el asesino a sueldo contratado por Bárbara, casi doce meses después de que le presentara demanda de divorcio. Tendido en el suelo, le encontró su novia, Mary-Louise Hawkins. Estaba muy cerca de su apartamentto «Ha sido mi mujer», dijo moribundo, según relataron los testigos. Trasladado al hospital, murió en el quirófano. Su familia, propietaria de una cadena de grandes almacenes en Puerto Rico, al igual que su pareja quedaron consternadas.
La maquiavélica Bárbara logró esquivar a la justicia pero fue arrestada finalmente en 2008. Confesó los hechos y el móvil, entre otras personas, a su abogado, aunque, finalmente los negó en el juicio. Fue sentenciada a 36 años de cárcel.
«Ella es un animal»
Hawkins que ha guardado silencio durante este tiempo ha hablado ahora. «Ella es un animal», calificó a la procesada. «Bárbara es muy buena manipulando a la gente, incluso a los agentes de libertad condicional».
Además, ha explic ado la campaña de acoso y derribo que ella y su familia ha sufrido antes de que ingresara en prisión. «Consiguió hacerse con el teléfono de mis padres y de vez en cuando los llamaba en medio de la noche y les exigía una y otra vez el dinero y los objetos de valor que pensaba que George había dejado», ha explicado.
Hawkins puso tierra de por medio tres años después del crimen y se refugió en Europa, donde rehizo su vida. Ahora está indignada con su inminente excarcelación.
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