Estados Unidos

Liberan a tres hombres encarcelados desde hace 36 años por un asesinato que no cometieron

Alfred Chestnut, Ransom Watkins y Andrew Stewart salieron de prisión en la noche de este lunes

Alfred Chestnut, Ransom Watkins y Andrew Stewart AFP
David Alandete

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Tras 36 años en la cárcel, tres hombres de Estados Unidos han sido exonerados y liberados el lunes por un asesinato que no habían cometido en 1983. Alfred Chestnut y Ransom Watkins tenían 16 años y Andrew Stewart, 17 cuando fueron condenados a cadena perpetua.

DeWitt Duckett , un estudiante de instituto 14 años, fue asesinado a tiros en Baltimore en noviembre de 1984, según los fiscales para robarle una chaqueta con el logo del equipo de baloncesto de la universidad de Georgetown, que apareció en la habitación de uno de ellos, Chestnut.

Según han demostrado ahora los abogados de Chestnut, los agentes que investigaron el caso hallaron varias pruebas exculpatorias, que ignoraron. La principal: que otro estudiante había sido visto por varios testigos con esa misma chaqueta puesta antes de que apareciera en el cuarto de Chestnut. Ese estudiante llegó incluso a admitir a otras personas que él era el homicida.

Todavía más grave, los tres menores condenados fueron interrogados sin la presencia o conocimiento de sus padres. La policía recibió entonces varias llamadas de testigos que implicaban a otros sospechosos y fueron desestimadas.

En una conferencia de prensa, la actual fiscal del gobierno municipal de Baltimore, Marilyn Mosby, pidió disculpas a los exonerados: «No creo que el de hoy sea una día de celebración, es una tragedia. Y tenemos que asumir nuestra responsabilidad por ello. No hay forma de que podamos reparar el daño hecho a estos hombres, cuando se les han robado 36 años de su vida ».

El Estado de Maryland, donde se halla la ciudad de Baltimore, no tiene un sistema de compensación automática y reglada por condenas erróneas, pero es posible que ahora las familias lleven a quienes los investigaron y detuvieron a juicio pidiendo una indemnización.

Fue Chestnut, uno de los condenados, quien pidió una reapertura del caso después de que se le negara la condicional en varias ocasiones. Los abogados hallaron graves fallos en la instrucción y las autoridades aceptaron una investigación interna, donde emergieron nuevos detalles y graves errores.

Lo más importante es que la chaqueta que hallaron en el cuarto de Chestnut era suya y su madre enseñó un recibo de compra. No tenía manchas de sangre ni pólvora.

«Ha sido un infierno» , dijo a los medios locales Chestnut al salir de prisión y ser recibido por sus familiares.

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