Un leñador recurre a las mulas para transportar leña en el centro de Italia

Esas mulas son mucho más que animales en una pequeña ciudad del centro de Italia. Allí, Andrea Filliponi de 42 años depende de ellas para ganarse la vida. Para él son camiones de 4 patas transportando troncos en un bosque a 1.000 metros. Cargadas de leña serpentean entre los árboles por esta empinada ladera. Primero venimos aquí a cortar árboles con las motosierras. Recopilamos la leña y con la ayuda de las mulas, la transportamos, dice el leñador. Cada mula carga con hasta 200 kilos gracias a estos arneses. Para él no son animales tercos, son animales capaces de llegar a zonas donde le maquinaria no puede acceder. El sigue los pasos de su padre. Mis mulas son intocables, asegura. Nadie más hace este trabajo y está seguro de que cuando él lo deje, nadie continuará.