Lasso retiene la presidencia y derrota al correísmo opositor

El presidente de Ecuador ha superado la prueba política más difícil de los 13 meses que va de su Gobierno, aunque las calles siguen encendidas por el paro nacional indefinido

El presidente de Ecuardor, Guillermo Lasso AFP

Thalía Flores

La oposición no logró los 92 votos que necesitaba para destituir al presidente Guillermo Lasso ; solo hubo 80 de los 137 que integran la Asamblea Nacional (Parlamento). El presidente de Ecuador ha superado la prueba política más difícil de los 13 meses que va de su Gobierno, aunque las calles siguen encendidas por el paro nacional indefinido convocado por la Conaie, que comenzó el 13 de junio.

La moción para destituir al primer mandatario provino del asambleísta Fernando Cedeño de Unión por la Esperanza (UNES), del expresidente Rafael Correa, a quien se ha señalado como el instigador de la intentona, al haber infiltrado las movilizaciones indígenas para crear la «grave crisis política y conmoción social» , que estipula el art. 130.2 de la Constitución como causal para remover del poder al Presidente, y forzar la sucesión. A favor de Lasso votaron los bloques del oficialista BAN (Bancada Acuerdo Nacional); el Partido Social Cristiano (PSC, aliado en la campaña, la mayoría de Izquierda Democrática (socialdemocracia) y los independientes, sumaron 48, y hubo 9 abstenciones.

Lasso no ha podido celebrar esta victoria porque las movilizaciones convocadas por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador prosiguen, y el diálogo fue roto por el Gobierno, luego de que un convoy que custodiaba tanqueros que transportaban combustible, en Shushufinde, en la Amazonía, fue atacado, la madrugada de este martes, y murió un militar; además, hay 12 uniformados de la Policía y de las Fuerzas Armadas heridos.

El presidente se dirigió a la Nación, pasado el mediodía, para anunciar que no se volverán a sentar a dialogar con Leonidas Iza (presidente de la Conaie) de quien dijo «solo defiende sus intereses políticos y no los de sus bases» , y pidió a los indígenas designar un nuevo interlocutor.

Hasta la noche anterior, el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, y el secretario de la Administración, Iván Correa, se habían reunido con los dirigentes indígenas, por más de seis horas, en presencia de las cabezas de los Poderes del Estado y hubo grandes avances. El Ejecutivo había aceptado más peticiones y parecía que el acuerdo llegaba, por lo que pactaron volver a reunirse al siguiente día, a las 9:00; pero los hechos en la Amazonía precipitaron la ruptura.

A estas alturas, todo es incierto, mientras hay ciudades con mercados y tiendas desprovistas de alimentos y hospitales que se quedaron sin oxígeno, como el Vicente Corral, de Cuenca, que ha debido cancelar cirugías programadas, porque las vías están bloqueadas; además, en Quito, mientras se votaba en la Asamblea, hubo caravanas de camionetas y camiones que circulaban en varios sectores, con gente que se bajaba para golpear con palos a los transeúntes, sembrando miedo.

«La casa en orden»

Aunque ha retenido el poder, la gobernanza para Guillermo Lasso luce complicada ; con mayoría de oposición en la Asamblea Nacional, su margen de maniobra es mínima; además, ha perdido músculo político, en un país en el que siete de cada 10 no tiene empleo; los hospitales públicos no tienen medicamentos, y la red vial ha sido seriamente afectada por un prolongado e intenso invierno, en tanto las demandas sociales aumentan. La pandemia y la invasión rusa a Ucrania han debilitado al sector exportador y han encarecido varios productos.

En los primeros meses de su presidencia, Lasso fue reconocido por su exitoso programa de vacunación, pero no lo aprovechó, políticamente, para tomar decisiones urgentes; hoy, aunque se jacta de haber puesto «la casa en orden» , las buenas cifras económicas no fluyen y el descontento es creciente. Necesita ocuparse no solo de la macro, sino de la microeconomía , comenta, a ABC, el ex vicepresidente de Ecuador, León Roldós , quien considera que también «es preciso olvidar la amargura y la prepotencia para gobernar». Observadores coinciden que Lasso debe hacer un relevo del círculo presidencial , que consideran que está desconectado de la realidad.

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