El Kremlin descarta una investigación del envenenamiento de Navalni
Así mismo rechaza la más mínima implicación del presidente Vladímir Putin
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, acusó ayer a los políticos europeos de demostrar «pocos modales» por exigir una rápida investigación de las circunstancias que llevaron a que el opositor número uno del país, Alexéi Navalni , fuera envenenado la semana pasada cuando llevaba a cabo una gira por Siberia. A juicio de Peskov, lo primero que hace falta es que exista «fundamento» para iniciar cualquier tipo de pesquisas y, según aseveró, «no está demostrado que fuera envenenado».
«Primero hay que encontrar la sustancia y después establecer la causa de que -Navalni- se encuentre en ese estado. Debe haber un motivo para iniciar una investigación y, por ahora, lo único que hemos constatado es que el paciente está en coma», lanzó ayer el portavoz presidencial ante el grupo de periodistas que cubre habitualmente las informaciones del Kremlin.
Según su opinión, «los médicos rusos y después los alemanes están implicados en esa primera etapa de la investigación, que consiste en averiguar la razón del estado del paciente (...) y, por el momento, desafortunadamente en vano». Interrogado sobre si el opositor ruso pudo ser víctima de un atentado contra su vida y en qué medida podrían estar en ello implicadas las autoridades rusas, Peskov respondió que «no podemos tomarnos en serio tales conjeturas. Son acusaciones que no pueden ser ciertas de ninguna manera». «No son más que ruido vacuo», añadió.
Tendencia a asesinar a opositores
Deploró además que se hable de una supuesta tendencia a la eliminación de quienes critican al poder. El reportero de la radio Eco de Moscú le preguntó si no le parece que hay una propensión a matar o envenenar a personas que critican a Putin, como sucedió con Alexánder Litvinenko, Anna Politkóvskaya, Borís Nemtsov o Serguéi Skripal , a lo que el portavoz contestó que «no observo que exista ninguna tendencia a asesinar a quienes critican al presidente de Rusia, eso no es verdad. No puedo estar de acuerdo con usted».
Tanto la Unión Europea como el Gobierno alemán han pedido a Moscú una investigación , demanda que también han hecho suya Francia y Estados Unidos. Navalni lleva internado desde el sábado en la clínica Charité de Berlín, a donde fue trasladado desde el Hospital número 1 de Omsk (Siberia). Sus colaboradores creen que fue envenenado el pasado jueves al tomar un té en la cafetería del aeropuerto de la también ciudad siberiana de Tomsk antes de partir hacia Moscú en un vuelo de la compañía S7. El avión efectuó una parada de emergencia en Omsk cuando la tripulación comprobó que, antes de perder el conocimiento, Navalni dio señales de que se encontraba muy mal.
Peskov dijo ayer también que «los médicos alemanes no descubrieron nada nuevo cuando detectaron una sustancia inhibidora de la enzima colinesterasa» en el organismo de Navalni. Según sus palabras, «eso también lo determinaron los facultativos de Omsk», algo que no es exactamente cierto. El pasado domingo, Alexánder Sabáyev , jefe del departamento de toxicología del hospital de Omsk, en donde estuvo Navalni el jueves y el viernes de la semana pasada, informó a la agencia rusa Interfax de que los análisis que se efectuaron en búsqueda de sustancias químicas, que engloba también a los inhibidores de colinesterasa, «dieron negativo».
El jefe del departamento de prensa de la Presidencia rusa respondió a otra pregunta en relación con la informaciones del entorno del líder opositor, en cuanto a que, antes de ser envenenado, fue seguido y sometido a una estrecha vigilancia por parte de supuestos agentes de los servicios secretos rusos. «No puedo decir nada sobre esa vigilancia, no tengo tal información, no sé quién lo estuvo siguiendo y por qué razones», aseguró Peskov.
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