Júbilo y alivio en Mineápolis
El presidente de EE.UU., Joe Biden, se declaró «aliviado» desde la Casa Blanca tras escuchar la sentencia
Fuera de los juzgados de Mineápolis , el veredicto se siguió por las pantallas de los móviles conectadas al canal judicial que ha retransmitido en vivo todo el juicio a Derek Chauvin . Cuando se escuchó la palabra «culpable» de boca del juez Peter Cahill, con la gente llevándose los teléfonos a la oreja como los transistores de antaño, las reacciones fueron muy diversas. Hubo júbilo entre muchos. Gritos, abrazos, lágrimas. La sensación que más calaba, sin embargo, era la del alivio. Y esa era la que dominaba a Amir, un vecino de Mineápolis que vino hasta la plaza que está delante de los juzgados para seguir la lectura del veredicto. «No he podido dormir los dos últimos días», confesaba a este periódico. «Este es el comienzo de algún tipo de cambio», confiaba.
Un cambio que no habrá llegado a tiempo para otros. Los cientos de personas que marchaban cerca de Amir llevaban no solo pancartas con el rostro de George Floyd . También el de Philando Castile, al que la Policía disparó cerca de aquí en un control policial en 2016; o el de Tamar Rice, el niño de 12 años que murió por disparos de agentes porque llevaba una réplica de una pistola; o el de Daunte Wright, que murió hace semana y media en un suburbio de Mineápolis cuando la agente que le detuvo al parecer confundió su táser -una arma paralizante no letal- con su pistola.
Y un cambio que algunos, como Mike, tapado con mascarilla y gorro amarillos, no creen que pueda llegar desde las instancias federales. «No tengo esperanzas de cambio desde Washington», asegurabamientras a su lado pasaba una marcha que se alejaba hacia otro punto de la ciudad. « Tienen que ser los cuerpos de policía locales los que lo consigan ». Al frente del de Mineápolis está Medaria Arradondo, un jefe de Policía negro, el primero en la historia de esta ciudad, que se comprometió a conseguirlo. Arradondo, que expulsó a Chauvin del cuerpo de Policía, calificó su acto de «asesinato» y testificó en su contra en el juicio, todavía no lo ha conseguido.
«Necesitamos justicia de verdad», reaccionó ayer el fiscal general del estado de Minnesota, Keith Ellison , miembro prominente de la corriente izquierdista del Partido Demócrata, y que puso todo su empeño en conseguir la mejor acusación contra Chauvin. «No se consigue con un caso. Es una transformación social que imponga que nadie está por debajo de la ley y tampoco por encima. Este veredicto nos recuerda que tenemos que hacer cambios duraderos».
Dentro de los juzgados, uno de los hermanos de Floyd, Philonise, escuchó con sus propios oídos el veredicto. Después escuchó la voz del presidente de Estados Unuidos, Joe Biden , que le expresó, como otros muchos, su sensación de «alivio» a través de un nmensaje emitido anoche desde la Casa Blanca.
El abogado de la familia Floyd, Ben Crump, compartió el vídeo en el que el presidente hablaba con el hermano de la víctima y le decía que «nada cambiará lo ocurrirá pero al menos hay algo de justicia ».
También reaccionó, esta vez por redes sociales, quizá la pieza indispensable en que Chauvin fuera declarado culpable. «Me puse a llorar mucho», escribió Darnella Frazier, de 18 años, en su cuenta de Facebook. Ella fue quien grabó durante casi diez minutos el momento en el que Chauvin asfixió y mató a Floyd . Pasaba por ahí, iba a comprar un dulce con su hermana en la misma tienda donde Floyd había intentado pasar un billete de veinte dólares falso, lo que provocó la llamada a la Policía. Frazier mantuvo el teléfono fijo mirando al horror. Ayer celebró haber hecho algo por la víctima. «George Floyd, ¡lo conseguimos!», escribió. «Se ha hecho justicia».