José M. de Areilza - MONNET & CO.
Latinos por Trump
Un dato importante que permite sin embargo anticipar un resultado ajustado es la falta de apoyo hispano suficiente hacia el candidato demócrata
Las elecciones presidenciales de 2020 se empiezan a parecer mucho a las de 2016. Un candidato antisistema, dispuesto a todo y lleno de energía que acorta las distancias con un rival poco atractivo, cuyo mensaje implícito es algo así como «después de muchos años me toca heredar la Casa Blanca». La diferencia es que Donald Trump ya no es una estrella televisiva sin experiencia de gobierno, sino uno de los presidentes que más enemigos innecesarios se ha creado. El impacto de la pandemia desmonta además cualquier previsión.
Un dato importante que permitirá sin embargo anticipar un resultado ajustado es la falta de apoyo hispano suficiente hacia el candidato demócrata. El colectivo hispano o latino (según la denominación en cada costa) es muy diverso, y suma una mitad de votantes republicanos e independientes y otra de demócratas. Se distingue en conjunto por valorar mucho las oportunidades económicas, es decir, la posibilidad de progresar trabajando duro y vivir el sueño americano, algo cada vez más complicado por la disminución de la igualdad de oportunidades. Más que nunca el código postal en el que uno nace determina el éxito económico. La única variable en la que Trump está por encima de Biden en todas las encuestas es la gestión de la economía. Su condición de empresario triunfador conecta con la aspiración de ascenso profesional tan presente entre los hispanos.
En 2016 Hillary Clinton consiguió el apoyo de un 66% de los miembros de este grupo mientras que las peores encuestas dan a Joe Biden el 45%. Este dato puede ser crucial, sobre todo si en Florida, uno de los Estados decisivos en la suma de delegados en el colegio electoral, gana de nuevo el candidato republicano. Kamala Harris, que completa el ticket demócrata, está resultando una figura nacional menos popular de lo esperado. Arrasa en California, pero lo importante es lo que ocurra en los ocho o nueve Estados en los que se deciden las elecciones. Otro de ellos es Texas, el segundo en población hispana. En julio los dos ancianos en liza empataban y ahora los tejanos se decantan por Trump.
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