José M. de Areilza - MONNET & CO.
La canciller ha vuelto
La presidencia semestral de la UE le brinda la oportunidad de culminar su largo paso por la política
La canciller ha vuelto al puente de mando de la Unión Europea, un regreso providencial en uno de los momentos más difíciles que se recuerda en la historia de la integración. Aunque se mantenía al frente de su cuarto gobierno de coalición, se había despedido del poder al nombrar dos herederas (Von der Leyen en la Comisión y la malograda AKK en el partido) y aspiraba a marcharse sin hacer ruido en 2021. La crisis del coronavirus le ha obligado a resucitar. La presidencia semestral alemana de la UE le brinda la oportunidad de culminar su largo paso por la política. Sigue siendo fiel al método científico con el que aborda la política, el estudio serio de los problemas asesorada por los mejores expertos y la búsqueda incansable de soluciones pragmáticas. Pero ahora la canciller despliega más energía que nunca, comunica no solo hechos y reglas, sino emociones y sentimientos y hace más visible su inspiración en valores humanos esenciales. Lo cierto es que Alemania ha cambiado más que Merkel, una táctica formidable, repleta de cautelas, que entiende cuándo se dan las condiciones para avanzar y la dirección posible. Hay viento a favor en su país para actuar de forma distinta a cómo lo hizo en la crisis de la moneda única. La canciller propone aumentar el gasto público, fortalecer las instituciones comunitarias y sacar adelante el Fondo de Recuperación, el embrión de una verdadera Unión Fiscal. Los llamados países frugales confiaban en que no fuera ella quien les reclamase solidaridad.
Tampoco el Gobierno de Boris Johnson esperaba que Berlín defendiera con tanta firmeza principios europeos en la negociación post-Brexit. Merkel se apoya en otras dos mujeres, Ursula von der Leyen, una presidenta de la Comisión demasiado pendiente de la política alemana, y Christine Lagarde, un peso pesado al frente del Banco Central Europeo. También, aunque de forma secundaria, en Emmanuel Macron, quien atraviesa una nueva metamorfosis estos días, esta vez con el objetivo de resurgir transmutado en ecologista. Merkel ha vuelto. La mujer más poderosa del mundo escribe el capítulo más personal de un legado impresionante.
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