Jordania renuncia a la polémica reforma tributaria que desencadenó las protestas
Con esta medida, el nuevo primer ministro busca aplacar la ira de los manifestantes
El nuevo primer ministro jordano, Omar al Razaz , anunció el jueves la decisión de retirar un controvertido proyecto de reforma fiscal tras una semana de movilizaciones en el país. Con la reforma se buscaba aumentar el número de contribuyentes en un 6%, rebajando el umbral de ingresos exigido para pagar el impuesto sobre la renta.
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Razaz, un execonomista del Banco Mundial, había sido nombrado el lunes tras la dimisión de su predecesor, Hani al Mulki, bajo la presión de la población. El primer ministro prometió entonces dialogar con las diferentes partes con el fin de lograr un sistema fiscal justo; con esta primera medida busca ahora aplacar la ira de los manifestantes, presentes en las calles de la capital, Amán, desde hace una semana. De acuerdo con el político jordano, la retirada del proyecto de ley fiscal y las conversaciones sobre una nueva versión del mismo tendrán lugar una vez que se haya formado el nuevo ejecutivo.
Medida impulsada por el FMI
La oleada de protestas, la mayor de los últimos años que ha sacudido Jordania, supone la respuesta a unas medidas de austeridad impulsadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y con las que se pretendía elevar la recaudación de impuestos a través de un mayor número de contribuyentes. Para ello se preveía una subida de entre el 5% y el 25% de los impuestos para los particulares y se gravaba a las personas a partir de un sueldo anual superior a 8.000 dinares (unos 9.500 euros). Las repercusiones de las medidas de ajuste dispararon también el precio de la electricidad en un 19 % y los combustibles en un 5,5 %, y llegaron a duplicar el precio del pan en un país que, según cifras oficiales, tiene un desempleo del 18,5% y un 20% de la población vive bajo el umbral de la pobreza. La economía jordana se ha visto lastrada, además, en los últimos años por la llegada de cientos de miles de refugiados de la guerra en Siria.
Jordania, que depende ampliamente de las ayudas extranjeras, recibió en 2016 un préstamo del FMI de 723 millones de dólares a tres años. El reino hachemita se comprometió, en contrapartida, a ejecutar unas duras reformas estructurales con el fin de reducir la deuda pública al 77% del PIB para el 2021 frente al 94% del 2016. De acuerdo con los analistas, el país no puede permitirse abandonar el programa del FMI por lo que probablemente pida una prórroga de uno o dos años para cumplir con lo pactado.