Xi Jinping visita Hong Kong bajo una burbuja anti-Covid para el 25º aniversario de su devolución a China
Desde su traspaso el 1 de julio de 1997, la antigua colonia británica ha perdido sus libertades por la Ley de Seguridad Nacional y no ha visto cumplida su promesa de sufragio universal
China desoye todas las críticas y da luz verde a la ley de seguridad nacional en Hong Kong
Bajo fuertes medidas de seguridad y una burbuja contra el Covid, el presidente de China, Xi Jinping , ha llegado este jueves a Hong Kong para celebrar el 25º aniversario de su devolución por parte del Reino Unido , que se conmemora este viernes, 1 de julio. En 1997 se pensaba que, gracias a su tradición liberal, la colonia británica ayudaría a la democratización del régimen del Partido Comunista, que seguía abriendo su economía al capitalismo y al mundo en busca de su mayor crecimiento de las últimas décadas.
Un cuarto de siglo después, la situación no podía ser más diferente. El régimen de Pekín no solo se ha vuelto más autoritario bajo la presidencia de Xi Jinping, sino que además se ha cargado las libertades de las que disfrutaba Hong Kong , que eran mayores que en el resto de China. Buena prueba de ello son las decenas de políticos del bando democrático que están en la cárcel, como el joven Joshua Wong o el veterano Benny Tai , el cierre de medios de comunicación como el diario 'Apple' y el desmantelamiento de grupos políticos y civiles por miedo a la draconiana Ley de Seguridad Nacional . Impuesta por Pekín hace justo dos años, dicha ley criminaliza prácticamente toda oposición política porque las demandas de democracia y sufragio universal pueden ser consideradas como intentos de secesión y subversión, delitos tipificados con entre tres años de cárcel y cadena perpetua.
Al igual que tampoco se celebran ya las vigilias por la masacre de Tiananmen , este año no habrá ninguna manifestación multitudinaria el 1 de julio para recordar el traspaso de soberanía y la promesa incumplida del sufragio universal, al que Pekín se comprometió en la Ley Básica de Hong Kong bajo los principios de «un país, dos sistemas» y «alto nivel de autonomía». Aunque ambos debían estar vigentes en teoría hasta 2047 en virtud de la Declaración Conjunta Sino-Británica suscrita en 1984, han quedado en agua de borrajas tras la entrada en vigor de la Ley de Seguridad Nacional y la nueva Ley Electoral. Impuesta el año pasado, dicha ley refuerza el control de Pekín sobre el nombramiento del jefe ejecutivo de Hong Kong y su Parlamento local , vetando así a los políticos que reclaman democracia por su falta de 'patriotismo'.
Con dichas leyes, el régimen chino ha desactivado el movimiento democrático que derivó en las masivas y violentas manifestaciones durante la segunda mitad de 2019. Para ello, argumenta el control y la estabilidad que ambas han traído tras el caos que provocaron aquellas protestas, convertidas cada fin de semana en una «guerrilla urbana» que se enfrentaba a la Policía y destrozaba las estaciones de metro. Para impedir incidentes, la Policía ha cerrado las zonas por donde pasará la comitiva oficial, prohibido el vuelo de drones y registrado las casas de activistas democráticos.
«En los últimos años, Hong Kong ha experimentado muchas tareas muy duras, venciendo numerosos riesgos y desafíos», declaró Xi Jinping en un breve discurso tras su llegada en tren desde China a la estación de Kowloon Oeste . Agitando pompones y banderas nacionales al son de la 'Marcha de Bienvenida', interpretada por la banda de la Policía, allí le esperaba un reducido grupo de personas, entre ellos algunos escolares. Sin mencionar ni las protestas democráticas ni la pandemia del coronavirus, Xi aseguró que «Hong Kong ha atravesado muchas dificultades, lo que demuestra su vigor y vitalidad por el principio de 'un país, dos sistemas' , que es poderoso y garantiza el bienestar del pueblo».
Sociedad hongkonesa
Tal y como se pudo ver en la retransmisión en directo por la televisión estatal CCTV, Xi llegó a la ciudad acompañado de su esposa, la primera dama Peng Liyuan , y fue recibido por la jefa ejecutiva saliente, Carrie Lam , quien será relevada mañana por el antiguo policía John Lee . Único candidato, Lee fue designado en mayo por el comité electoral afín a Pekín con el 99,4 por ciento de sus 1.416 votos. Ante Xi Jinping, Lee jurará el cargo este viernes en una ceremonia en el Centro de Congresos y Exposiciones de Hong Kong, para la que sus asistentes han debido hacer cuarentena desde hace una semana. De hecho, dos altos cargos del Gobierno local que se contagiaron de Covid la semana pasada, el secretario jefe Eric Chan y el responsable de las relaciones con China, Erick Tsang , no podrán acudir pese a que el lunes ya se habían recuperado.
Dentro de esta 'burbuja anti-Covid' , el presidente Xi se reúne este jueves con 240 representantes de la sociedad hongkonesa, entre empresarios, rectores y líderes religiosos, pero no se quedará a dormir en la ciudad. Tras los actos del día, volverá a la vecina Shenzhen , en China continental, y regresará mañana para los fastos del 25º aniversario. Una agenda muy distinta a la de su última visita para la conmemoración de 2017, cuando participó en 20 eventos y hasta presidió un desfile militar con 3.000 soldados en los barracones del Ejército Popular de Liberación en Yuen Long.
Especialmente precavido con el Covid, es la primera vez que Xi sale de China continental desde que estalló la pandemia en 2020 . Pero solo para visitar una zona administrativa especial con su propia frontera como es Hong Kong, no para viajar al extranjero. Una situación muy distinta a la de hace cinco años y, sobre todo, a la devolución en 1997, cuando Occidente confiaba en la democratización del régimen chino. Demostrando que eran solo vanas ilusiones, este 25º aniversario coincide con la cumbre en Madrid de la OTAN , que ha incluido a China como un rival 'sistémico' que «desafía nuestros intereses, seguridad y valores y busca minar las reglas del orden internacional».