Xi Jinping endurece el discurso para desviar las críticas internas por el coronavirus
El presidente juega la carta nacionalista ante el daño de la pandemia y la guerra comercial con EE.UU.
Ni el coronavirus ni la «Guerra Fría» contra Estados Unidos apartan al régimen chino de su creciente control sobre Hong Kong. Más bien al revés, el presidente Xi Jinping juega esta carta de la Ley de Seguridad Nacional sobre la excolonia británica para desviar posibles críticas internas por su enfrentamiento con Trump y por la pandemia, ya que la catástrofe que ha desatado en todo el mundo ha puesto a China en la picota.
Por ese motivo, y a pesar de los rebrotes en el nordeste que han obligado a cerrar varias ciudades, el régimen se ha arriesgado a celebrar la reunión anual de su Asamblea Nacional, suspendida en marzo por la epidemia. A pesar del peligro, ha convocado en Pekín a 3.000 diputados venidos de todo el país, a los que ha hecho las pruebas del coronavirus y confinado en hoteles para una sesión acortada a una semana y con la presencia de medios reducida al mínimo.
Con esta reunión, según analiza para ABC el profesor de Política Jean-Pierre Cabestan, de la Universidad Baptista de Hong Kong, el régimen pretende «volver a la normalidad, mostrar al mundo que China va por delante en la pandemia y que el Partido Comunista está unido incluso aunque Xi Jinping no aparezca tanto en los medios y se mencione menos su discurso». A su juicio, «Xi ha quedado debilitado incluso aunque siga en el poder hasta 2022». Pero cree que es «difícil decir» si podrá perpetuarse más allá de sus dos mandatos, como pretendía al reformar la Constitución en 2018.
Para este experto, «la nueva Ley de Seguridad Nacional no es el fin de ˝un país, dos sistemas˝, pero confirma el cambio hacia otra interpretación en la que el Gobierno central tiene más que decir y Hong Kong y su sociedad gozarán de menos autonomía». Por eso, vaticina que «tendrá un impacto negativo en las libertades políticas, pero no afectará a los negocios». El problema, según Cabestan, «es que va a reiniciar las protestas, sobre todo entre los jóvenes, aunque está por ver si el resto de la sociedad se echa a la calle para protestar y oponerse a este proyecto».