El jefe del Gobierno ruso pide a la ciudadanía quedarse en Rusia este verano y no salir al extranjero
Mishustin advirtió que la OMS «no ha dado ninguna recomendación para reanudar los viajes al extranjero»
El primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin, aparentemente restablecido tras enfermar de COVID-19, ha pedido a sus conciudadanos que se abstengan de viajar este verano al extranjero para pasar las vacaciones. Durante una reunión celebrada ayer por videoconferencia con el presídium del comité coordinador de lucha contra la pandemia, Mishustin admitió que «algunos países han levantado ya las restricciones de confinamiento y aseguran estar preparados para recibir turistas».
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Sin embargo, advirtió que la OMS «no ha dado ninguna recomendación para reanudar los viajes al extranjero». «Pido a nuestros ciudadanos que no se apresuren . Sí, hemos logrado ciertos progresos en la lucha contra el coronavirus, pero hay que recordar que la infección por COVID-19 nos vino desde el extranjero», señaló el primer ministro ruso en una alocución que fue retransmitida por el canal público «Rossiya-1». Según su opinión, «es aconsejable abstenerse de hacer viajes turísticos fuera de Rusia (...) es mejor y más seguro pasar las vacaciones en el país propio».
Tráfico aéreo detenido
Debido a la epidemia de coronavirus, Rusia detuvo el tráfico aéreo internacional el 27 de marzo. Solo se han efectuado vuelos chárter para repatriar ciudadanos rusos que quedaron atrapados en distintos puntos del planeta. Las fronteras terrestres fueron también clausuradas el 30 de marzo y, por ahora, no se ha anticipado ninguna fecha para reabrir el país. Rusia contabiliza ya más de 360.000 contagios por coronavirus y en torno a los 3.800 fallecidos.
Tras las palabras de Mishustin, en la sesión gubernamental de ayer intervino el viceprimer ministro, Dmitri Chernishenko, para anunciar que «a partir del 1 de junio se irán levantando paulatinamente las limitaciones a los viajes dentro del país y al turismo interno». Aseguró que «se está trabajando ya en las medidas a aplicar para posibilitar la apertura de hoteles, centros turísticos y playas». Aunque Chernishenko advirtió que «existe el peligro de una segunda ola de COVID-19».
La semana pasada, el presidente del comité parlamentario de Cultura y Deportes, Mijaíl Dégtiarev, afirmó que la industria turística rusa, sus resorts, balnearios, hoteles y líneas aéreas, podrían volver a estar funcionando completamente a partir del 1 de julio. Según sus palabras, «esperamos que desde el primero de julio se reanuden las conexiones aéreas y terrestres dentro de Rusia y se reabran los hoteles (...) también los balnearios y sanatorios».
La mayoría, en Rusia
De acuerdo con una encuesta del centro sociológico ruso VTsIOM, sólo un 4% de los rusos planean veranear en el extranjero este año. El 61% declara su intención de no moverse del país. VTsIOM subraya el hecho de que la causa de tales preferencias se debe, no tanto al miedo de contagiarse en el extranjero, sino a que la situación económica de los rusos ha empeorado por culpa de la pandemia.
Los datos oficiales indican que el año pasado los rusos realizaron casi 18 millones de viajes turísticos al extranjero. Turquía continuó siendo el destino de vacaciones más popular para la población seguido de Alemania, Italia, Tailandia y España. Las autoridades turcas han informado que negocian ya el restablecimiento del flujo turístico con Rusia. Ankara espera reanudar los vuelos internacionales a mediados de julio.
A principios de este año, antes de que la epidemia de coronavirus tomara impulso, los rusos continuaron viajando activamente al extranjero. Incluso a mediados de marzo, cuando las medidas de confinamiento y cuarentena ya se estaban aplicando en diferentes países, unos 100 mil turistas , según la Agencia Federal de Turismo, todavía andaban dando vueltas por el mundo en viajes organizados. La cifra total incluyendo a los viajeros individuales se estima que fue mucho mayor.