El Rey da en Israel una lección de alta diplomacia sin proponérselo
Don Felipe elude responder a Rivlin ante la prensa sobre Palestina
Tras rendir homenaje a las víctimas del genocidio y hacer una seria advertencia sobre los riesgos de «promover el resentimiento», el Rey de España abandonó ayer Jerusalén y dejó atrás dos días de intenso contacto con los más de cuarenta jefes de Estado y de Gobierno que asistieron al Foro Mundial del Holocausto. Aparte de los saludos de cortesía y de algunas conversaciones puntuales con otros mandatarios, Don Felipe mantuvo ayer una reunión bilateral con el presidente de Israel, Reuven Rivlin, en la que el Rey dio -sin proponérselo- una lección pública de alta diplomacia .
Y es que lo habitual es que estos encuentros se celebren a puerta cerrada, pero ayer los periodistas pudieron estar presentes durante parte de la reunión , que se celebró en la residencia oficial del presidente de Israel y en la que éste pidió el apoyo del Rey en las complicadas relaciones con Palestina.
Después de dirigir unas cariñosas palabras al Rey y a «la maravillosa Reina» , de elogiar al fútbol español - «sois los mejores» - y de destacar «los valores que compartimos», Rivlin pidió a Don Felipe que aprovechara la amistad que España mantiene con los palestinos , para que les «ayude a entender que Israel es un hecho y que esta tierra de Israel es el único hogar de los judíos».
A continuación, Rivlin expuso al Rey su preocupación por que algunos países hayan acusado a los soldados israelíes de ser «criminales de guerra» -como está investigando la Corte Penal Internacional-, cuando, según el presidente israelí, los militares son «muy cuidadosos» en sus ataques y solo pretenden proteger a los ciudadanos. Mientras Rivlin hablaba, la ministra española de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, que se estrenaba en un viaje con el Rey, tomaba nota de las declaraciones del presidente de Israel.
Xenofobia y antisemitismo
Después, le tocó intervenir a Don Felipe, que con gran habilidad diplomática eludió responder a ambas cuestiones delante de la prensa. Ante los periodistas, el Rey reiteró el compromiso de España en la lucha contra la xenofobia y el antisemitismo -que era el motivo de su visita- y destacó la solidez de las relaciones entre los dos países. Además, mencionó el «complejo contexto político» que ha atravesado España con la repetición electoral y comentó que «ahora entramos en un nuevo ciclo» , sin precisar más. También aludió a las próximas elecciones israelíes -las terceras en un año-, que se celebrarán en marzo, y mostró su deseo de que se pueda alcanzar pronto un acuerdo, aunque Rivlin le interrumpió: «Es posible que no sean las últimas» . Y, a partir de ese momento, los periodistas fueron invitados a abandonar la reunión y los mandatarios siguieron hablando a puerta cerrada .
Tras la bilateral, el Rey asistió al Foro Mundial del Holocausto, un encuentro en el que cada mandatario recordó a las víctimas a su manera. Incluso, algunos utilizaron el encuentro para intentar montar un frente común contra el enemigo actual, como hicieron Israel y Estados Unidos con Irán.
Mientras el vicepresidente norteamericano, Mike Pence, acusó a Irán de ser el único Gobierno que niega el Holocausto, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó al régimen iraní como «el más antisemita del planeta», y ambos instaron a formar un «frente común» contra «los tiranos de Teherán» que amenazan la estabilidad mundial.
Visita de Alberto Fernández
La deriva que tomó el Foro del Holocausto hizo que fuera un acierto el hecho de que el Rey interviniera en la cena de la víspera, y también se puso de manifiesto el prestigio de Don Felipe entre los demás jefes de Estado y de Gobierno, ya que los mandatarios confiaron en él para que hablara en nombre de todos ellos. En esa cena, el Rey tuvo la oportunidad de conversar con el nuevo presidente de Argentina, Alberto Fernández, quien anunció que realizará una visita oficial a España el 4 de febrero .