Irán prefiere un pacto regional de no agresión antes que negociar con Trump

El Gobierno de Teherán rechazó de forma inmediata mantener cualquier tipo de conversación «directa o indirecta» con el inquilino de la Casa Blanca

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Después de un año de sanciones y de un mes marcado por el envío de buques y aviones de guerra al Golfo Pérsico, Donald Trump cambió radicalmente su discurso sobre Irán y tendió la mano para retomar el diálogo que él mismo rompió de forma unilateral en 2015 al retirarse del pacto nuclear. Durante su viaje a Japón, el presidente estadounidense adelantó que «creo realmente que Irán querría hablar y lograr un acuerdo, y creo que eso sería inteligente por su parte y creo que es posible que pase».

Una declaración de intenciones que completó asegurando que «existe una posibilidad de que sea un gran país con la misma cúpula. No buscamos un cambio de régimen, quiero dejar claro eso. Buscamos que no tengan armas nucleares», una postura alejada de las tesis defendidas por el Consejero de Seguridad Nacional, John Bolton .

Este objetivo ya lo había logrado el pacto firmado por Barack Obama, según todos los informes de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), pero Trump desea que el nuevo acuerdo se extienda también al programa balístico o a la expansión regional iraní, con la que se sienten amenazados sus dos grandes aliados: Israel y Arabia Saudí.

El Gobierno de Teherán rechazó de forma inmediata mantener cualquier tipo de conversación « directa o indirecta » con el inquilino de la Casa Blanca, pero insistió en su oferta de «negociar» con los países de la región «para lograr unas relaciones equilibradas y constructivas fundamentadas en el respeto mutuo y los intereses», según el viceministro de Exteriores Abbas Araqchi, de gira por Omán, Kuwait y Qatar. Ante el cerco estadounidense, que persigue la «venta cero» de petróleo iraní al exterior para dejar a Teherán sin recursos, los iraníes han puesto en marcha una ofensiva diplomática que persigue alcanzar un «pacto de no de agresión» entre los países del Golfo, lo que ayudaría a rebajar el nivel de tensión actual. El ministro de Exteriores, Javad Zarif, puso sobre la mesa esta idea durante su reciente viaje a Irak donde recalcó que desea «las mejores relaciones» con sus vecinos y aplaudió «todas las propuestas de diálogo».

El repentino cambio de opinión de Trump no convence a unos iraníes que han dejado de cumplir algunos puntos del acuerdo atómico para intentar presionar a los países europeos y que estos tomen medidas que les ayuden a paliar los efectos de las sanciones. La fragilidad del pacto desde la retirada estadounidense unida a una supuesta «amenaza inminente» a intereses de Estados Unidos en la región por parte de Irán, según desveló la inteligencia de Israel, han vuelto a tensar la relación entre Washington y Teherán y se ha extendido a Irak o Yemen, donde milicias respaldas por los iraníes tienen un fuerte poder.

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