Irán perfecciona su armamento y se prepara para un futuro conflicto
Entre su equipamiento militar, Teherán cuenta con un misil de crucero capaz de alcanzar el sur de Italia
Misiles capaces de alcanzar el sur de Italia , submarinos dotados de un sistema de lanzamiento de proyectiles subacuáticos y drones «suicidas». Es parte del armamento que, en los últimos años y con el estallido de diversos conflictos en Oriente Próximo como telón de fondo, Irán ha desarrollado con el fin último de consolidar su dominancia absoluta en la región.
La reciente escalada de tensión entre EE.UU. e Irán, con el estratégico estrecho de Ormuz como escenario del nuevo pulso mantenido entre ambos, no ha hecho sino perfilar los contornos de un hipotético enfrentamiento, en el que Irán no dudaría en hacer uso de esta fuerza militar contra el país norteamericano u otros aliados que pudieran intervenir en el conflicto.
La República Islámica cuenta con «miles» de misiles balísticos de distinto rango y alcance que mejora y perfecciona continuamente, según certifica el Centro de Estudios Internacionales Estratégicos (CSIS, por sus siglas en inglés). De todos ellos, destaca el misil de crucero «Soumar», presentado en 2015 y que cuenta con una capacidad de proyección estimada de hasta 2.500 kilómetros, el equivalente aproximado a la distancia entre Urmía, en el noroeste de Irán, y la localidad italiana de Lecce.
El «Soumar» , de siete metros de longitud, es una réplica muy parecida al Kh-55, de fabricación rusa. La única diferencia entre ambos es que, mientras el Kh es aéreo, el iraní es de tierra, al tiempo que sus cualidades técnicas son también algo menos avanzadas. No obstante, «el afán de Irán por mejorar constantemente su equipamiento bélico y prepararse para un futurible conflicto es una de sus principales señas de identidad nacional, por lo que el potencial de sus armas puede ser superado en cualquier momento. Por otro lado, tampoco hay que olvidar el riesgo de que puedan añadirse cabezas nucleares en caso de que el acuerdo de 2015 fracasara », advierten fuentes diplomáticas occidentales, que añaden que «las cotas de militarización alcanzadas por Irán no tienen parangón hasta la fecha en Oriente Próximo».
Producción de drones
El fulgurante desarrollo de la industria armamentística iraní ha permitido también una abundante producción de aviones no tripulados con capacidad de ser dirigidos y empleados como arma de destrucción contra objetivos. Aunque hasta el momento Teherán no ha hecho uso directo de los drones, sus efectos han podido ser contrastados en Arabia Saudí, donde los rebeldes hutíes, bajo suministro iraní, han enviado y detonado varias unidades contra diversas instalaciones y enclaves estratégicos de dicho país , incluido uno de sus aeropuertos internacionales. Un teatro de operaciones que sirve al régimen islámico como laboratorio de pruebas desde el que mejorar el rendimiento de sus armas para abastecer a grupos afines de la región.
Como parte de esta carrera, Irán también concluyó con éxito en febrero las pruebas de su nuevo modelo de misil subacuático, que permite ser proyectado desde una nave sumergible hacia la superficie . «Es un arma muy digna de tener en cuenta en el marco de los acontecimientos que se viven en el estrecho de Ormuz. Podría servir como herramienta perfecta para acometer, por ejemplo, un sabotaje encubierto , o para atacar posiciones enemigas sin ser detectado», señalan las mismas fuentes diplomáticas.
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