Irán se aleja un paso más del acuerdo nuclear con la producción de uranio metal
Se utiliza para producir combustible, pero también puede emplearse para hacer el núcleo de una cabeza nuclear
Irán cumplió lo anunciado hace tres semanas y, en el 42 aniversario del triunfo de la revolución islámica, ha comenzado la producción de uranio metal «con el objetivo de producir combustible para su reactor de investigación», según los responsables iraníes. Los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) que trabajan en la república islámica certificaron la existencia de 3,6 gramos de esta sustancia en la planta de Isfahán.
El uranio de metal es necesario para producir combustible, pero también puede emplearse para hacer el núcleo de una cabeza nuclear y esto hizo crecer la preocupación en los firmantes europeos del acuerdo, Francia, Alemania y Reino Unido. Desde la Agencia Iraní de Energía Atómica subrayaron que «tiene uso pacífico y no viola el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares».
Irán se aleja paso a paso del texto acordado , una estrategia que es la respuesta de Teherán a la decisión unilateral adoptada por Donald Trump en 2018 de retirar a Estados Unidos del pacto y volver a apostar por las sanciones. Joe Biden , que era vicepresidente cuando Barack Obama negoció con los iraníes, insiste en que quiere recuperar el acuerdo y apostar por la diplomacia, pero exige antes que Irán vuelva a los términos de 2015. La respuesta de la república islámica es que fueron ellos quienes rompieron el pacto y que por tanto les corresponde dar el primer paso y levantar los castigos. El tiempo corre y la falta de confianza entre las partes hace cada vez más complicado resucitar un acuerdo que logró aplacar la amenaza nuclear iraní.
Según los términos firmados en Viena en 2015, los iraníes se comprometen a no producir uranio de metal o llevar a cabo experimentos en metalurgia de uranio en un plazo de quince años. Este paso se suma a los que ya han dado hasta ahora como el de enriquecer uranio a una pureza del 20 por ciento, muy lejos de 3,67 por ciento permitido, o la puesta en marcha de centrifugadores de última generación.
Presión exterior
Trump apostó por la «presión máxima» a Irán para tratar de que Teherán accediera a renegociar el acuerdo para hacerlo más amplio y, además del tema nuclear, incluyera el programa balístico y la injerencia regional, pero fracasó. Teherán no ha cedido a la presión exterior y ahora espera que Biden vuelva a cumplir lo que Obama firmó hace seis años.
Los iraníes tampoco olvidan el asesinato del científico Mohsen Fakhrizadeh , ocurrido en noviembre en Teherán y del que acusan al Mossad israelí, y estas nuevas medidas adoptadas responden a la petición del parlamento tras este asesinato de «revivir la brillante industria nuclear del país».
Los sectores más conservadores de Irán apuestan por abandonar el pacto nuclear firmado en 2015, esquivar sus limitaciones y acabar con la cooperación con los investigadores de la AIEA, a los que llaman «espías».
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