Intento desesperado del candidato del PS francés para frenar su caída en los sondeos
Benoît Hamon se ve «traicionado» por los ataques de otros líderes socialistas
Escoltado por la burocracia del partido socialista francés (PSF) , Benoît Hamon , candidato socialista a la Presidencia de la República, hizo ayer un intento desesperado de relanzar su campaña, cuando los sondeos anuncian una catástrofe para el socialismo francés, víctima de una división fratricida y suicida.
Según el sondeo que publica hoy «Le Figaro» , Hamon solo cuenta con un 12% de intenciones de voto para la primera vuelta de la elección presidencial, el próximo 23 de abril. Hamon ha perdido varios puntos durante las dos últimas semanas, cuando su principal rival, Jean-Luc Mélenchon, candidato populista de izquierdas, continúa creciendo y tiene ya las mismas intenciones de voto que el candidato oficial del PSF.
Mélenchon consiguió movilizar el sábado a más de 100.000 simpatizantes, durante una impresionante marcha entre las plazas de la Bastilla y la República, altamente simbólicas en la historia política de París. Un día más tarde, Hamon solo consiguió movilizar a unos 25.000 simpatizantes en la sala de deportes de Bercy, al este de París.
«Descomposición del socialismo francés»
Mélenchon se presentó como la «única» alternativa de izquierdas, denunciando la «descomposición del socialismo francés», víctima de la presidencia de François Hollande, que ha conseguido el descrédito personal, el hundimiento y la división del PSF.
Un día más tarde, en Bercy -una sala donde se disputan torneos deportivos-, Hamon intentó relanzar su hipotecada campaña, sin avanzar nuevas ideas, intentando evitar el vidrioso tema de las deserciones socialistas que han abandonado el barco del PSF (para pasarse al partido de Emmanuel Macron, candidato social reformista) o, sencillamente, consideran que su programa está literalmente en los antípodas del realismo económico.
Horas antes de que Hamon comenzara su mitin en Bercy, Manuel Valls, ex primer ministro, candidato derrotado en las primarias socialistas, lanzó una severa carga contra el programa del candidato de su propio partido, considerándolo alejadísimo de la realidad y la honestidad intelectual. Hamon y su guardia pretoriana acusan a Valls de ser un traidor que ha violado la más elemental regla de buena conducta política: negarse a apoyar al rival que lo eliminó en las primarias del PSF.
Muchos dirigentes socialistas sospechan que Valls ha apuñalado a Hamon por la espalda, prefiriendo apoyar con su silencio y traición a Emmanuel Macron , el candidato social reformista. Perdiendo terreno en los sondeos, traicionado por Valls y otros dirigentes socialistas, Hamon intentó presentarse, en su mitin de Bercy, como el candidato de la subida del sueldo y el aumento del poder adquisitivo de los franceses más humildes.
Sin tiempo
En un tono épico y lírico, ante un auditorio de simpatizantes y militantes, Hamon repitió sin matizar las grandes líneas de su proyecto electoral, una ruptura entre radical y oportunista de las políticas económicas de François Hollande, defendidas por Manuel Valls como primer ministro .
Hundido en el pozo del presidente más impopular de la V República, Hollande traicionó sus promesas electorales (precipitando la ruptura con la izquierda socialista) y terminó consumando la división fratricida del PSF. La campaña de Hamon encarna las esperanzas de los socialistas hostiles al tándem Hollande-Valls. Esa ruptura consuma una división fatal para todas las familias socialistas, sin conseguir el apoyo entre los electores de izquierdas, tentados por la candidatura más rupturista de Jean-Luc Mélenchon.
En un tono que rozaba la histeria contenida, Hamon repitió a sus militantes y simpatizantes que «vamos a hacer mucho ruido y a ser la gran sorpresa de esta elección». Apenas tiene 35 días para evitar una histórica catástrofe del socialismo francés en la primera vuelta electoral de abril.
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