Indignación en Turquía por la detención de dos destacados periodistas
Detienen a dos altos cargos del diario Hürriyet por publicar unas imágenes de un camión repleto de armamento siendo transportado a Siria por los servicios de inteligencia turcos
Erdogan dijo que «pagaría un precio alto», y finalmente Can Dündar, el director del periódico Hürriyet, ha entrado en prisión. Con él lo ha hecho también el responsable de la oficina del diario en Ankara, Erdem Gül.
Alrededor de mil personas se han concentrado en la mañana del viernes en la sede del periódico en Estambul para denunciar la presión que sufren los medios de comunicación turcos por parte de las instituciones controladas por el AKP , el partido islamista fundado por el presidente Recep Tayyip Erdogan.
«Es responsabilidad de los políticos observar los intereses ciudadanos, no a los periodistas. Es la responsabilidad de los periodistas proveer documentos de interés público y clarificarlos», ha dicho en un comunicado el representante turco del Instituto de la Prensa Internacional (IPI).
El Hürriyet , periódico de tendencia secular y de centroizquierda, publicó en mayo unas imágenes en las que se mostraba un camión con gran cantidad de armamento junto a medicinas. El vehículo iba dirección a Siria transportado por miembros del MIT, el servicio de inteligencia turco.
Erdogan, que se ha referido directamente al incidente en numerosas ocasiones, afirma que se trataba de ayuda humanitaria destinada a la población turcomana de Siria, que recientemente ha saltado a la actualidad por ser los habitantes de la zona en la que Turquía derribó un cazabombardero ruso.
Actuación de la Fiscalía
Por esa noticia ahora acusan a Dündar y Gül de espionaje y pertenencia a organización terrorista. En enero de 2015, fiscales, supuestamente cercanos a la organización del influyente predicador Fethullah Gülen, detuvieron el citado camión, realizaron una inspección y tomaron las imágenes que posteriormente publicó el Hürriyet. Por eso la Fiscalía acusa ahora a los periodistas de «participar en las acciones» de los Gülenistas. Si el juez finalmente dictamina que cometieron un delito, podrían ser condenados a cadena perpetua.
Tras años de colaboración entre Gülen y Erdogan, su relación cayó en desgracia a finales de 2013, cuando se comenzaron a filtrar documentos y grabaciones que relacionaban a la familia de Erdogan con casos de corrupción. Erdogan acusó a Gülen de querer orquestar un golpe de estado para derrocar su Gobierno, y se ilegalizó la organización. «Esta es la lucha de la gente para reconquistar los derechos usurpados por el Gobierno», dijo anoche Dündar sobre las muestras de apoyo recibidas poco antes de ser detenido.
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