Celebrando que la epidemia del coronavirus está controlada en China, un grupo de mayores de Wuhan cumple con la tradición de cruzar a nado el río Yangtsé. Pablo M. Díez Li Na le hace un foto a su hijo y su madre en el Primer Puente sobre el Río Yangtsé, uno de los iconos de la ciudad. Pablo M. Díez Los puestos callejeros de comida vuelven a llenarse en Wuhan tras el control del coronavirus en China. Pablo M. Díez Descuentos y promociones en los supermercados de Wuhan para atraer a la clientela e incentivar la economía tras el batacazo del coronavirus. Pablo M. Díez Las vallas del clausurado mercado de Huanan, donde se sospecha que se originó el coronavirus, han sido decoradas con pinturas de típicos paisajes chinos y plantas para borrar su infausto recuerdo. Pablo M. Díez Todavía gradual por la incertidumbre al futuro, la vuelta del consumo es uno de los signos de la recuperación económica de Wuhan tras el coronavirus. Pablo M. Díez En los gimnasios de Wuhan ya se hace ejercicio sin mascarilla porque, oficialmente, no se han detectado contagios locales de coronavirus desde antes del verano. Pablo M. Díez Sin mascarilla porque no se ha informado de casos de coronavirus desde antes del verano, un grupo de jóvenes juega al baloncesto en el campo de deportes de la Universidad Textil de Wuhan. Pablo M. Díez Una exposición de la propaganda ensalza la respuesta del régimen del Partido Comunista contra el estallido de la epidemia del coronavirus en Wuhan. Pablo M. Díez Los fantasmagóricos trajes especiales de protección, firmados por los equipos médicos venidos de toda China, en la exposición sobre el coronavirus en Wuhan. Pablo M. Díez La gran exposición de Wuhan sobre el coronavirus ensalza la labor del Partido Comunista e ignora la ocultación inicial de la epidemia y la censura a los médicos. Pablo M. Díez Junto a otros trece médicos fallecidos en acto de servicio, solo una foto en la exposición sobre el coronavirus recuerda al doctor Li Wenliang (tercer retrato por la izquierda), reprendido por la Policía por alertar de la enfermedad. Pablo M. Díez Laboratorio P4 del Instituto de Virología de Wuhan, a las afueras de la ciudad. Aunque los científicos creen que el coronavirus es de origen natural, algunas teorías de la conspiración apuntan a este superlaboratorio. Pablo M. Díez Aunque el coronavirus está controlado en China, los enfermeros de las urgencias siguen pertrechándose con trajes especiales, como este del Hospital Número 7. Pablo M. Díez A pesar de no diagnosticarse casos locales de coronavirus en China, las enfermeras del Hospital Central de Wuhan siguen protegiéndose con mascarillas, gafas, guantes y gorros de plástico para el pelo. Pablo M. Díez Aunque el coronavirus está oficialmente controlado en Wuhan y el resto de China, se siguen haciendo pruebas PCR, como estas del Hospital Jinyintan, por motivos laborales o para viajar. Pablo M. Díez Como es costumbre en China, un grupo de mujeres baila al anochecer en un parque a orillas del Yangtsé, cuyos rascacielos se iluminan de colores para dar ánimos a los habitantes de Wuhan. Pablo M. Díez Wuhan vuelve a brillar tras el control de la epidemia, como se ve en sus animados restaurantes. Pablo M. Díez Aunque la mayoría suele llevar mascarilla en Wuhan y el resto de China, ya se ve a bastante gente sin ella en los espacios abiertos, como entre el público de este músico callejero. Pablo M. Díez Ataviado con ropajes que recuerdan a la moda de los años 30 y 40 en China, un artista callejero da ánimos en Wuhan. Pablo M. Díez