Hunter Biden, el Talón de Aquiles del presidente electo

Varias investigaciones de la Justicia al hijo de Joe Biden pueden salpicar al nuevo dirigente norteamericano

Joe Biden y su hijo Hunter, en un evento deportivo en 2010 REUTERS

Javier Ansorena

Hunter, el segundo hijo de Joe Biden forma parte de la historia trágica del próximo presidente de EE.UU., la que le dio una conexión emocional directa con el votante desde el comienzo de su carrera política. Hunter iba en el coche en el que fallecieron su madre, Neilia, y su hermana menor, Naomi, en un accidente de tráfico pocas semanas después de que Biden ganara su primera elección a senador por Delaware, en diciembre de 1972. Hunter, de casi tres años, y su hermano mayor, Beau, sobrevivieron. La tragedia convirtió al joven senador Biden -que juró su cargo en el hospital donde se recuperaban sus hijos- en una figura nacional.

Con el paso de los años, los hermanos Biden tomaron rutas divergentes. Beau se convirtió en el hijo modelo y en el heredero político de su padre. Copió su recorrido académico -Archmere Academy, Universidad de Pensilvania, Derecho en la Universidad de Syracuse-, sirvió en el ejército en la Guerra de Irak y llegó a fiscal general de Delaware. Había cumplimentado todas las casillas para ser una figura política a nivel nacional cuando un cáncer acabó con su vida de forma prematura.

Hunter, sin embargo, eligió la ruta elitista que le permitía la posición de su padre, a pesar de que Biden siempre se presentó al votante como un tipo de la clase media. Estudió en Georgetown y Yale y desembarcó pronto, e impulsado por las conexiones de su padre, en el mundo de las finanzas. De ahí, a los lobby que pululan en Washington para conseguir favores políticos. Con el inconveniente de que era el hijo de un senador y vicepresidente. El acuerdo entre padre e hijo era, según publicó The New Yorker, que «Biden no preguntaría a Hunter sobre sus clientes de ‘lobby’, y que Hunter no le contaría a su padre sobre ellos».

El acuerdo estaba lleno de problemas para Biden, que estallaron como candidato a la presidencia. Trump y su campaña buscaron relacionar los negocios de Hunter, que fue contratado en una gran compañía energética de Ucrania , como parte de una trama corrupta de su padre. Nada de eso se ha probado, pero la vida complicada de Hunter ha sido una mina para aliados de Trump como Rudy Giuliani, dedicado a buscar basura que arrojar a la cara de Biden. Hunter ha sufrido adicción al alcohol y las drogas y ha llevado una vida poco modélica. En campaña, se filtraron imágenes de Hunter en escenas de contenido sexual y con una pipa de crack. En un debate, Trump le dijo a Biden que su hijo era un «cocainómano».

Hunter es ahora objeto de una investigación sobre impuestos relacionados con actividades en China, que salpicará a su padre una vez en la Casa Blanca.

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