La huelga en Petrobras ensombrece aún más el futuro de Dilma Rousseff

El conflicto laboral agrava la crisis de la petrolera estatal, envuelta en el gigantes escándalo de corrupción que amenaza con tumbar a la presidenta

Un empleado de Petrobras, con una máscara del expresidente Lula Da Silva, en una protesta frente a instalaciones de la compañía Reuters

VERÓNICA GOYZUETA

La noticia no es nada buena para esta empresa que ya está paralizada hace más de un año por un gran escándalo de corrupción. Doce sindicatos presentes en la petrolera estatal Petrobras aunciaron que se sumarán a la huelga que desde septiembre mantienen otras 17 organizaciones de trabajadores en la compañía.

Los sindicatos representan a 85 mil empleados del sistema Petrobras en Brasil. El sector petrolero, responsable por un 13% del PIB nacional, está prácticamente parado desde abril del año pasado, cuando salieron a la luz las investigaciones de un gran escándalo de corrupción que envuelve a ejecutivos de la petrolera, políticos de todos los partidos y empresarios de las principales constructoras de Brasil. Con fuerte influencia sobre la economía, el Petrolão, como es conocido el escándalo, es una de las claves que explican la recesión brasileña, que podría superar el 3% este año. La operación policial que investiga el caso fue bautizada como «Lava-jato» (lavacoches).

Anunciada por el Frente Único de los Petroleros (FUP), la huelga debe afectar las operaciones en la Cuenca de Campos, en Río de Janeir o , que representa un 80% de la producción nacional de petróleo y gas. Dependiendo del tiempo de la huelga puede afectar el abastecimiento en un momento de crisis económica.

La principal reivindicación de los petroleros es contra un plan de venta de activos de Petrobras, que está siendo analizado como una salida para mejorar la situación económica de la empresa. El mes pasado, Petrobras vendió el 49% de su subsidiaria Gaspetro, especializada en distribución de gas, a la empresa japonesa Mitsui. Ahora la petrolera busca un socio para la BR Distribuidora, su cadena de gasolineras

Pérdida de empleos

Según los empleados, es posible recuperar la empresa sin venderla. Los sindicalistas también advierten de que las ventas pueden provocar despidos, lo que afectará aún más la economía brasileña. Los trabajadores también piden un reajuste salarial del 16%, más la corrección de la inflación.

«La FUP y sus sindicatos están tratando de discutir desde junio con Petrobras y con el gobierno alternativas para que la empresa siga cumpliendo su papel de inductora del desarrollo nacional», informó el sindicato en una nota. Asimismo, se difundió un estudio del Ministerio de Economía que muestra que por cada mil millones de reales que la empresa deja de invertir, se genera un impacto negativo de dos veces y medio sobre el PIB. «Si el Plan de Negocios de la empresa no cambia, calculamos que dejarán de crearse 20 millones de empleos hacia el 2019», informó la FUP.

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