El homenaje en las escuelas francesas a Samuel Paty generó 400 incidentes
Samuel Paty fue decapitado a la salida de la escuela en la que enseñaba por un joven checheno de 19 años
El último homenaje a Samuel Paty, el profesor decapitado en una escuela de Conflans Sainte-Honorine, el 16 de octubre pasado, culminó con inquietantes revelaciones sobre los estragos del multiculturalismo contra la unidad nacional, con más de 400 incitaciones al odio, amenazas físicas y alguna amenaza de muerte contra otros profesores.
El lunes pasado, 12 millones de estudiantes franceses fueron invitados a rendir homenaje al profesor decapitado, en todas las escuelas, colegios e institutos de Francia.
Globalmente, fue un gran éxito. Tras el homenaje nacional, en la histórica universidad de la Sorbona, en el corazón de París, el homenaje de maestros, profesores y alumnos tenía por objetivo consolidar el mensaje de Emmanuel Macron: «La escuela, la educación y la cultura triunfarán contra la barbarie».
Cinco días después del homenaje de maestros, profesores y alumnos, el ministerio de Educación publicó este viernes un comunicado lacónico y atroz: «Durante el homenaje del lunes pasado se produjeron 400 incidentes. Un 52 % en los colegios de enseñanza secundaria, un 27 % en los institutos de bachillerato y un 21 % en las escuelas de enseñanza primaria». La frialdad cruda de las cifras no deja de «iluminar» problemas de inmenso calado.
En 160 escuelas o colegios se produjeron «incidentes ruidosos». Es una manera amable de traducir el lenguaje más barriobajero que suele usarse en los suburbios para «comentar» cosas que los adolescentes de origen africano, magrebí u oriental consideran que no son de su «gusto».
«Apologías del terrorismo»
En otras 150 escuelas, colegios o institutos llegaron a lanzarse «machadas» que los maestros y profesores se apresuraron a denunciar como «apologías del terrorismo». Terminología jurídica convencional, para nombrar las atrocidades verbales más palmarias, entre la obscenidad y la brutalidad amenazante.
En una docena de casos, el comportamiento social de adolescentes y jóvenes culminó con amenazas físicas, degradaciones y provocaciones.
En Bézons, en la «banlieue» del oeste de París, una maestra, Marjorie Noël, ha presentado una denuncia policial por «amenazas de muerte».
Sin duda, las estadísticas oficiales del ministerio de Educación «solo» traducen una parte del inmenso problema de fondo social, cultural, religioso y meramente «educativo» que debe afrontar Francia, en más de 700 guetos multiculturales, en la periferia de París y las grandes ciudades francesas.
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