El hombre que hizo aplaudir a la Cámara de los Comunes
El laborista Benn, nueva figura de la política inglesa al contradecir a su líder con un discurso belicista
![Benn durante una cumbre de la ONU sobre cambio climático](https://s3.abcstatics.com/media/internacional/2015/12/06/benn001--620x349.jpg)
En la Cámara de los Comunes se dan vítores de apoyo y se abuchea, pero rarísima vez se aplaude, por las convenciones parlamentarias británicas y porque casi ningún discurso merece realmente un sincero aplauso. Esa norma no escrita se rompió el pasado miércoles, cuando ya habían pasado diez horas de fogoso debate sobre si el Reino Unido debía bombardear a Daesh en Siria o no. Para clausurar las intervenciones laboristas se levantó a hablar Hilary Benn , de 62 años y aspecto de tranquilo burócrata con gafas, responsable de Exteriores en el gobierno en la sombra de Jeremy Corbyn, quien había abierto la sesión con un discurso contra la guerra. Benn se reveló contra la directriz de su jefe de filas y pidió votar «sí» con una maravillosa pieza oratoria. Puso en pie a la bancada conservadora, que lo ovacionaba y aplaudía –más bien celebrando la división del partido rival– y también enardeció a muchos de los suyos. La diputada laborista Angela Smith no podía contener las lágrimas: «Ha sido poderoso y conmovedor».
Corbatas rojas
Tras el discurso de Benn, 66 diputados laboristas, entre ellos once de los ministros en la sombra de Corbyn , votaron con Cameron a favor de los ataques. Benn y Corbyn son abstemios y vegetarianos, y ambos vestían aquella noche corbatas rojas. Ahí se acaban los parecidos. Frente al tono radical y pacifista a ultranza del nuevo líder de la oposición, Benn, hijo de un respetado parlamentario laborista y nieto de diputados liberales de fuste, representa un socialismo leal con los valores de Estado. Su arranque fue memorable: «Nos enfrentamos a fascistas –dijo refiriéndose a Daesh–, de calculada crueldad y que se creen superiores a cada uno de nosotros que estamos esta noche en esta Cámara y al pueblo que representamos. Nos desprecian. Desprecian los valores que representamos. Desprecian la tolerancia y la decencia. Desprecian nuestra democracia. Y lo que necesitamos saber es que estos fascistas deben ser derrotados. Debemos enfrentarnos a este demonio».
A solo un metro, Corbyn lo escuchaba sentado en su escaño con cara de póquer. Benn engarzó la pelea contra Daesh con otras anteriores causas de la izquierda británica, «como la lucha contra Franco en las Brigadas Internacionales o la guerra contra Hitler» . Michael Fallon, el ministro de Defensa de Cameron, dijo que había sido el mejor discurso que había oído en 30 años en la Cámara. Hammond, el ministro de Exteriores, lo calificó como «una de las grandes piezas oratorias que han dado los Comunes».
Pero en el seno de su partido las cosas fueron muy distintas. Según las cuentas de Corbyn, la mayoría de la militancia laborista estaba contra la intervención en Siria. Los 66 diputados que votaron a favor sufren el acoso de «Stop the War» y de «Momentum», la plataforma popular que aupó a Corbyn. Benn ha llegado a recibir amenazas de muerte y tuits de este pelaje: «Nunca podrás volver a caminar por las calles de Leeds sin escolta», en alusión a la circunscripción por la que es diputado desde 1999.
Elecciones en Oldham
La sesión parecía abrir un cisma en el partido y debilitar el liderazgo de Corbyn, elegido el pasado septiembre con un triunfo arrollador en las primarias. Pero el líder recibió un balón de oxígeno el viernes, cuando el Partido Laborista mantuvo con holgura un escaño en las elecciones anticipadas en Oldham, al Norte de Inglaterra. «Esto desmiente a quienes decían que Jeremy era un candidato inelegible», se jactan los corbynistas. Y es cierto que ha salvado un asalto. Pero Benn ha plantado una alternativa en el tapete y el camino de Corbyn será como la canción de The Beatles, «largo y tortuoso».