Hillary se plantea impugnar la elección si prueban la trama rusa
Los investigadores preparan la inculpación del exdirector de campaña de Trump
La investigación de la llamada trama rusa, que intenta probar la connivencia de Donald Trump con el Gobierno de Putin durante la pasada elección presidencial, podría tener otro recorrido político inesperado. La candidata derrotada, que acaba de confesar su prolongada frustración por quedarse sin presidencia en unas memorias tituladas «Lo que ocurrió» , de las que este periódico daba cuenta el domingo, no piensa en pasar página. Preguntada por si descarta impugnar el resultado electoral si se prueba la coordinación de su rival republicano con el Kremlin, Hillary Clinton repitió: «No, no lo descarto». Para apuntalar su convicción, la demócrata se remitió a la Constitución, que prevé la posibilidad de anular aquellos procesos que se hayan adulterado.
Las intenciones de Clinton no han sentado bien entre los líderes demócratas, divididos e inmersos en el intento de reconectar con una mayoría de la sociedad norteamericana. Muchos de ellos creen que los mensajes de Hillary distorsionan su labor de oposición al anclar al partido en el «annus horribilis» de 2016, en lugar de preparar las elecciones parciales al Senado y la Cámara de Representantes de 2018, esenciales para arrebatar la mayoría a los republicanos y dar un vuelco al mandato de Trump.
El sueño de Clinton
Lejos de ayudar a sus intereses, la labor de los investigadores parece respaldar a una excandidata que aún sueña con que los tribunales la devuelvan a la Casa Blanca . Los últimos pasos dados por el Consejo Especial estrechan el cerco precisamente al que fuera director de la campaña electoral del entonces candidato republicano. Paul Manafort , bajo la lupa del exdirector del FBI Robert Mueller desde que echara a andar este órgano en mayo, podría ser inculpado próximamente por presuntos delitos contra la Hacienda estadounidense, de lavado de dinero y de beneficiar a gobiernos extranjeros. Es el mensaje que miembros del equipo que lleva a cabo las pesquisas transmitieron al implicado, después del registro de su casa de Virginia, a principios de agosto. A la información acumulada entonces, integrada por archivos y correos electrónicos de su ordenador personal, se suma la existencia, no conocida hasta ahora, de grabaciones al exdirector de campaña de Trump, que estarían ya en poder del fiscal especial, según desveló el pasado martes la cadena CNN. Al parecer, el FBI habría realizado un seguimiento y escuchas a Manafort antes y después de la elección presidencial. Es en este punto en el que se abren nuevas posibilidades para el verdadero fin de la investigación, que es el de probar la connivencia de Trump con Putin
Paul Manafort, que dirigió la campaña electoral de Trump entre junio y agosto de 2016, hubo de renunciar al publicarse las inversiones presuntamente opacas que había protagonizado en 2014 en Ucrania. El FBI ya abrió una investigación contra él entonces, cuando llevaba dos años trabajando para el partido del expresidente prorruso Victor Yanukovych, de quien recibió 17 millones de dólares por diferentes servicios. Fue el primer miembro del equipo de Trump forzado a abandonar por sus vínculos con Moscú. El segundo sería el teniente general Michael Flynn , quien hubo de dimitir en febrero de este año, apenas tres semanas después de tomar posesión como Asesor de Seguridad Nacional del ya presidente Trump. Además de que también se le investiga por colaboración y recepción de dinero de gobiernos extranjeros, incluso cuando ya se había incorporado a la Administración, el fiscal especial intenta desentrañar los contactos con el Kremlin de uno de los cargos estadounidenses mejor considerados.