El hermano de Óscar Pérez: «El mundo debe saber que estos criminales siguen actuando desde Venezuela»
Luis Armando Pérez pide asilo en España y llama a tomar medidas para parar al régimen de Maduro
![Luis Armando Pérez, hermano de Óscar Pérez, en Madrid](https://s2.abcstatics.com/media/internacional/2019/12/13/hermano-oscar-perez-kxWH--1248x698@abc.jpg)
Al venezolano Luis Armando Pérez , exempleado de banca de 41 años, ya no le quedan hermanos vivos. El menor, Óscar Pérez , era el policía que se sublevó contra el régimen de Nicolás Maduro tomando un helicóptero en 2017 y que fue masacrado junto a otros seis rebeldes en El Junquito en 2018. Antes había sido asesinado el mediano, Alexánder.
Tras salir de Venezuela hace más de dos años y pasar por varios países de Sudamérica, Luis Armando está en España, donde ha solicitado asilo. Ayer acompañó a los diputados en el exilio Wilmer Azuaje y Franco Casello en la presentación de unas espeluznantes fotos y vídeos de la matanza de El Junquito , que han aportado a la Corte Penal Internacional y la Oficina de Derechos Humanos de la ONU como pruebas de crímenes de lesa humanidad.
«Vine a dar la cara porque hay que pararles. El mundo debe saber que estos criminales, que tienen una red de corrupción y están relacionados con grupos terroristas, siguen actuando desde Venezuela», declara a ABC. Además, advierte de que «son un virus y se están expandiendo para ampliar sus tentáculos». Por ello pide al Gobierno español que permanezca atento y «filtre» a los venezolanos que llegan, ya que entre ellos considera que hay personas vinculadas al régimen enriquecidos con el dinero «robado» al pueblo. Además, insta a imponer sanciones a los jerarcas chavisas como las de EE.UU.
Un héroe que compara con Jesucristo
A Luis Armando Pérez no le gusta que a su hermano le llamen «el Rambo venezolano». Para él, es un auténtico «héroe» y más bien lo compara con el propio Jesucristo por la magnitud de su sacrificio.
Los dos diputados venezolanos indicaron que las imágenes prueban que lo de El Junquito fueron asesinatos a sangre fría, pese a que Pérez y sus compañeros habían capitulado. «Cuando te rindes, tienes derecho a la vida», explicó Wilmer Azuaje, pero en este caso «les dieron tiros a quemarropa».
Según dice, así lo demuestran los restos de pólvora en los tatuajes, los impactos de bala en los brazos que indican una postura defensiva y que las armas de las víctimas estaban cargadas, es decir, que no habían disparado.
Pese a que parte de los familiares han mostrado su malestar por la difusión de las fotos, creen que son necesarias para mover a la acción. Si no se hubiesen mostrado las imágenes del horror del Holocausto, «no se habría sensibilizado para que no se repitiera», aseguró Franco Casella.
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