Herido muy grave un famoso periodista neerlandés tras ser disparado en la cabeza

La Policía arresta a tres sospechosos del ataque, uno de ellos el posible autor material

El periodista de investigación Peter R. de Vries se encuentra hospitalizado muy grave AFP | Vídeo: Atlas

Rosalía Sánchez

La policía holandesa detuvo ayer a un ciudadano polaco de 35 años y a otro, holandés de 21, como principales sospechosos del intento de asesinato de Peter R. de Vries , un periodista estrella especializado en investigaciones sobre el crimen organizado que al cierre de esta edición seguía hospitalizado y muy grave en un hospital de Amsterdam.

Las cámaras de vigilancia captaron el momento en el que el periodista abandonaba el estudio de televisión de RTL Boulevard, alrededor de las siete y media de la tarde del martes, y recibió varios disparos, uno de los cuales alcanzó su cabeza. El atacante era un hombre de piel clara y que vestía una chaqueta de camuflaje verde oscuro y un casco de motocicleta, que la policía cree haber identificado. Los dos sospechosos , detenidos en una autopista cerca de La Haya tras darse a la fuga, pasarán hoy a disposición judicial, mientras que un tercer arrestado, un joven de 18 años, ha sido puesto en libertad sin cargos. La policía informó en el mismo comunicado acerca de varios registros domiciliarios en los que fueron incautados munición y varios ordenadores.

El primer ministro holandés, Mark Rutte, condenó ayer el ataque como «ofensivo e inconcebible». «Se trata de un ataque contra un periodista y, por extensión, contra la libertad de prensa, que es esencial para nuestra democracia y para nuestro Estado de derecho», dijo, subrayando que el trabajo de de Vries ha sido muy significativo en la lucha contra el crimen.

El periodista, de 64 años, nació en el seno de una familia muy religiosa en Amstelveen, en las afueras de La Haya, y desarrolló buena parte de su carrera profesional en el diario De Telegraaf, para el que cubrió en los años ochenta el secuestro de Freddy Heineken , el popularmente conocido en Holanda como el «barón de la cerveza». Consiguió entrar en el círculo íntimo de los dos secuestradores, Cor van Hout y Willem Holleeder, a los que entrevistó para su libro «El secuestro de Alfred Heineken», publicado en 1987. A pesar de que el libro se convirtió en un gran best-seller en Holanda, no dio por cerrado el caso y en 1994 logró encontrar al tercer secuestrador, escondido en Paraguay, Frans Meijer, extraditado a Holanda en 2002 para ser juzgado.

Ya consagrado como investigador de crímenes, pasó a la televisión con un programa propio titulado «Peter de Vries, Reportero del Crimen», desde el que cosechó sucesivos éxitos. Uno de los más destacados propició la liberación de dos cuñados que habían sido condenados por la violación y asesinato de una azafata. Gracias a las pesquisas del programa, la policía pudo dar con el verdadero asesino en 2008, condenado a quince años de cárcel. De Vries recibió el Emmy en 2008 por su información sobre la desaparición de la estadounidense Natalee Holloway en Aruba, en la que una vez más se adelantó al trabajo de la policía.

Su predilección por los casos no resueltos le llevó a interesarse por el asesinato de Nicky Verstappen , un niño de once años de edad que desapareció durante un campamento juvenil en 1998 y que fue finalmente agredido sexualmente y asesinado. Cuando la policía había abandonado ya toda esperanza de encontrar al culpable, de Vries se convirtió en el portavoz de los padres del niño, en 2018, y logró dar un giro a la investigación que terminó dando con un sospechoso. «Peter de Vries es un héroe nacional para todos nosotros, un periodista valiente como hay pocos, incansable en la búsqueda de la justicia, independiente por completo y con un espíritu libre del que nos sentimos muy orgullosos», dijo ayer la alcaldesa de Amsterdam, Fremke Hanselma, para quien el periodista es «el icono de la defensa de los más necesitados y de quienes han sido injustamente sentenciados».

Pero es evidente que su curriculum le ha generado un número indeterminado de enemigos criminales entre los que la policía holandesa espera ahora poder tirar del hilo, tras el interrogatorio de los detenidos. En varios muy populares juicios ha comparecido como testigo, dado su conocimiento de los casos, y ha recibido serias amenazas, como las que hizo públicas durante el juicio contra Willem Holleeder por el asesinato de Cor van Hout. Durante la audiencia, Holleeder acusó al periodista de inventar pruebas y lo describió como un «sucio delincuente» que «se arrepentirá». En el último caso que ha tenido entre manos, había recibido amenazas del enemigo público número uno de Holanda, Riduam Taghi .

El hospital en el que lucha por su vida ha sido acordonado y el ala del edificio en el que se encuentra está sujeta a una estrecha vigilancia policial. El primer ministro Rutte y sus ministros de justicia y Seguridad mantuvieron a última hora de ayer una reunión para discutir cómo gestionar el adelante la seguridad de de Vriess. Aunque no será suficiente con su protección. «Las autoridades holandesas deben ahondar de forma rápida y minuciosa en este ataque», ha exigido Tom Gibson, representante para la UE del Comité para la Protección de Periodistas.

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