Suicidio de otros dos policías que sufrieron el asalto al Capitolio
Son cinco los agentes muertos tras la insurrección del 6 de enero en Washington
Dos policías del cuerpo metropolitano de Washington, la capital federal de Estados Unidos, que respondieron a la insurrección en el Capitolio el 6 de enero, han muerto recientemente por suicidio, según anunció el Gobierno local el lunes. Se eleva así a cuatro el número de agentes que se han quitado la vida tras aquel ataque de partidarios de Donald Trump , que trataban de impedir que el poder legislativo certificara la victoria de Joe Biden en las presidenciales del año pasado.
Los dos uniformados han sido ya identificados. El agente Gunther Hashida , asignado al equipo de Respuesta a Emergencias dentro de la División de Operaciones Especiales, fue hallado muerto en su vivienda el jueves 29 de julio, según informó la portavoz del departamento de Policía Metropolitana del Distrito de Columbia, Kristen Metzger, en un comunicado. Otro agente del mismo cuerpo, Kyle DeFreytag, fue hallado muerto el 10 de julio, según dijo el mismo departamento.
Son de momento cuatro los agentes muertos por suicidio tras la insurrección, tres de la policía metropolitana y un cuarto del cuerpo de seguridad asignado al Capitolio. Los anteriores fueron el agente Jeffrey Smith , que llevaba 12 años en el cuerpo metropolitano, y Howard Liebengood , con 16 años de experiencia en la policía del Capitolio. Ambos murieron días después del asalto violento. Un informe reciente del Senado sobre los errores de seguridad del 6 de enero enumera los casos de los agentes Smith y Liebengood como resultado de ese ataque.
Cargos contra más de 550 personas
Otro agente de la policía del Capitolio, Brian D. Sicknick , sufrió un derrame cerebral y murió de causas naturales un día después de responder al ataque, según la autopsia que se hizo pública semanas después.
Durante la insurrección, un grupo de agentes trató de defender las entradas del Capitolio. Varios fueron agredidos, golpeados con palos y hasta con extintores. Según mostraron las imágenes grabadas después, otros, los menos, simplemente se apartaron y dejaron entrar a los agresores. La turba rodeó las dos cámaras y vandalizó el edificio.
Una asaltante, Ashli Babbit , murió tras recibir el disparo de un agente, cuya identidad no ha sido revelada. El expresidente Trump y sus seguidores han planteado públicamente la teoría, falsa, de que quien mató a Babbit era el guardaespaldas de un destacado político demócrata.
La fiscalía ha presentado cargos contra más de 550 personas en relación con la insurrección. Esta está siendo investigada además por la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas. En la comisión creada para estas pesquisas hay solo dos republicanos, los diputados Liz Cheney y Adam Kinzinger , ambos críticos con los líderes de su partido y con el expresidente Trump, al que acusan de incitar la insurrección.
Durante una comparecencia en esa misma comisión la semana pasada, un agente de policía del Capitolio, Harry Dunn , imploró a los diputados ayuda para aquellos agentes que padecen secuelas, tipo estrés postraumático, por el asalto. «Quiero aprovechar este momento y dirigirme a mis compañeros agentes sobre los efectos que siguen experimentando por los hechos del 6 de enero. No hay absolutamente nada malo en buscar ayuda profesional. Lo que todos pasamos ese día fue traumático, y si sufren por ello, aprovechen los servicios de asesoramiento psicológico que están a nuestro alcance», imploró.
Tras la insurrección, los líderes del Capitolio purgaron la cúpula de la policía asignada a ese edificio, sede del poder legislativo. Este estuvo además resguardado por un dispositivo de seguridad sin precedentes en décadas hasta hace apenas unas semanas.
Trump fue sometido a un segundo 'impeachment' o juicio político por su papel en incitar la insurrección, pero fue absuelto en el Senado, ya después de que hubiera abandonado la presidencia.
