La guerra interna por el control de la derecha dura alemana llega a los tribunales
La demanda de Andreas Kalbitz, líder del sector más radical de la AfD, divide en dos facciones al partido antiinmigrantes y antieuropeo
La guerra interna por el control del partido antieuropeo y anti extranjeros Alternativa para Alemania (AfD) llega a los tribunales. Andreas Kalbitz ha presentado una demanda judicial contra la directiva de la formación política, impugnando su expulsión y dividiendo el partido en dos facciones ahora enfrentadas en los tribunales: la radical que apoya su causa y la moderada que trata de defender la actual directiva.
Andreas Kalbitz era hasta mediados de mayo el representante del partido en Brandeburgo, donde obtuvo excelentes resultados en las últimas regionales, el segundo puesto con el 23,5% de los votos. También era el cerebro de Der Flügel, el ala más radical del partido , infiltrada por la inteligencia alemana de interior, la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, cuyo informe filtrado a medios alemanes identifica a Kalbitz como miembro de la organización neonazi Heimattreue Deutsche Jugend (Juventudes Leales a la Patria Alemana) (HDJ), prohibida desde 2009 . Por este motivo, en las peores semanas de la pandemia y tras una reunión en la que no está muy claro si se respetó la obligatoria distancia social, el copresidente de AfD, Jörg Meuthen, anunció la expulsión de Kalwitz . La idea era, seguramente, aprovechar la omnipresencia mediática del coronavirus para que la decisión fuera menos atendida, pero no sirvió de mucho. Kalvitz ha anunciado en la televisión pública de Brandemburgo que ha demandado al partido y ha pedido el apoyo de «los fieles», a los que se refiere en contraposición a los militantes que aceptan la autoridad de la directiva de AFD.
Varias agrupaciones del partido en el este de Alemania, donde la AfD es especialmente fuerte, han expresado su solidaridad hacia Kalbitz. Especialmente contundentes han sido las muestras de solidaridad desde Turingia, donde la AfD está liderada por otro de los fundadores de Der Flügel, Björn Höcke. «No toleraré la división y destrucción de nuestro partido», ha advertido Höcke en un mensaje difundido desde su cuenta en Facebook. En ese mismo mensaje, ataca directamente la línea del presidente de AfD, Jörg Meuthen , y afirma que quien busca el conflicto interno incurre en «traición». Kalbitz, por su parte, ha llamado a sus partidarios a no dejar el partido, sino a seguir «actuando desde dentro».
En el pasado, Kalbitz había admitido que mantuvo contactos e incluso asistió a un acto de la HDJ. Se estima que alrededor de un 20 % de los seguidores de la AfD se identifican con Der Flügel y tiene igualmente contactos con estas organizaciones nostálgicas del nazismo. A pesar de su expulsión, Kalbitz, se mantiene como jefe del grupo parlamentario de AfD en el parlamento regional de Brandemburgo, aunque ahora como independiente, por contar con el apoyo explícito de sus filas en ese estado federado.
Meuthen, que comparte la presidencia del partido con Tino Chrupalla, más cercano a los radicales, ya forzó la disolución de Der Flügel hace unos meses, argumentando que, de lo contrario, todo el partido quedaría bajo vigilancia de la inteligencia alemana y sin citar la caída reiterada en las encuestas, en la que AfD parece haber tocado techo e iniciado un descenso. Los sondeos otorgan ahora a este partido una intención de voto del 9 % a escala nacional, su porcentaje más bajo desde 2017 . «Cualquier elemento que nos relaciones con movimientos demasiado radicales nos hace perder votos, especialmente en el oeste, donde esas posiciones son más difíciles de entender”, ha justificado Meuthen».
El partido ha intentado evitar la demanda judicial. El jueves de la semana pasada, su expresidente y todavía una autoridad en AfD, Alexander Gauland, comió en un restaurante de Berlín con Kalbitz en busca de algún tipo de arbitraje. El encuentro despertó muchas esperanzas, porque las dos corrientes del partido se han enemistado hasta el punto de retirarse la palabra los unos a los otros. Pero Kalbitz se limitó a exigir que su expulsión fuera declarada nula, alegando que ha eludido un procedimiento formal de exclusión de la parte. Al no haber entendimiento, Kalbitz ha pedido al abogado Nikolaus Steinhöfel que redacte la demanda.
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