Grupos armados y violentos, un nuevo obstáculo para los refugiados que intentan alcanzar Europa
Un informe publicado por la organización «Human Rights Watch» recoge el testimonio de víctimas de estos ataques, causados por hombres con el rostro tapado y vestidos de uniforme
Las dificultades a las que hacen frente los refugiados que llegan a Europa a través de la ruta de los Balcanes , a las que ahora se añade la bajada de las temperaturas, ha tomado una nueva dimensión. Según un informe publicado por la organización en defensa de los derechos humanos «Human Rights Watch», « hombres armados han desestabilizado barcos con inmigrantes y demandates de asilo en el mar Egeo y los han empujado a las aguas turcas». No es la primera vez que se producen incidentes violentos contra las personas que tratar de pisar el continente.
El paso de Turquía a Grecia suele ser el primer tramo que abordan los refugiados que intentan alcanzar Europa. Sin embargo, la difícil situación económica del país y el auge de ciertos partidos extremistas, como el ultraderechista Amanecer Dorado , amenazan con agravar esta crisis humanitaria. En la isla helena de Kos, cercana a la costa turca, el auge de los movimientos radicales se cristalizó en el buen resultado que cosechó esa formación en las elecciones del pasado septiembre. A principios de ese mismo mes, Aministía Internacional denunció una de las agresiones padecidas por los recién llegados: armados con bates de béisbol y a gritos de «¡Volved a vuestro país!», un grupo de entre 15 y 25 personas golpeó a los inmigrantes. Algunos eran niños.
El informe de «Human Rights Watch» recoge testimonios de las víctimas de este nuevo tipo de ataques por vía marítima. Un ejemplo es el narrado por Ali, un chico de 17 años procedente de Afganistán que a principios de octubre intentó cruzar el Egeo y finalmente fue rescatado por socorristas españoles en una actuación voluntaria. El menor narró el asalto que sufrió su embarcación, causada por « cinco hombres vestidos de negro , con sus rostros cubiertos con pasamontañas, armados con pistolas». «Por la forma en la que actuaron, nos dimos cuenta de que no venían a ayudarnos. Eran muy agresivos. No subieron a nuestro barco, pero se llevaron nuestro motor y luego se marcharon a toda velocidad», explicó el joven.
El relato de Ali también cuestiona el papel de la guardia costera turca y la griega. La primera rescató a algunos miembros de la embarcación, mujeres y niños, con la promesa de regresar. Nunca volvieron . El papel de la helena tampoco fue loable , dado que se acercaron al bote del joven afgano sin ayudarlo.
El relato de otras víctimas de este trato también cuestiona la gestión de la crisis en las zonas de cruce terrestre. Según el relato de Mahmoud, un joven sirio de 21 años de edad, los guardas fronterizos griegos lo arrestaron cuando intentó cruzar al país europeo a través de Evros, limítrofe con Turquía. Luego lo trasladaron a orillas de un río: « Nos pusieron en una cola y nos prohibieron alzar la cabeza . Uno de nosotros lo hizo y fue abofeteado tres veces. No teníamos permitido hablar. Nos quitaron las baterías de nuestros teléfonos y lo pusieron todo en bolsas de plástico». Luego los devolvieron a territorio turco. Aquella operación, según relató Mahmoud, fue realizada por un grupo de hombres con los rostros tapados y vestidos de uniforme.