Grecia despide también a Giscard d'Estaing
Ayudó a la restauración de la democracia en 1974 y a la entrada del país en el Mercado Común
«La democracia volvió a nuestro país en su avión, y con su apoyo se unió a la familia europea. Grecia se despide con gratitud y emoción de su gran amigo, Valéry Giscard d 'Estaing ». Con estas palabras le ha recordado el primer ministro heleno Kiriakos Mitsotakis , nada más conocerse la noticia del fallecimiento del político francés. Por su parte, el Ministro de Asuntos Exteriores, Nikos Dendias , lo describió como una figura destacada de Francia y de Europa, añadiendo que «siempre lo recordaremos como un viejo amigo de Grecia en momentos cruciales y un gran defensor de los valores europeos».
Nadie olvida en Grecia que fue gracias al apoyo francés y al personal de Giscard que el entonces político autoexiliado Constantinos Karamanlis pudo regresar a su país nada más caer la junta de los coroneles, y de esta forma restablecer la democracia. Karamanlis voló en el avión de la presidencia francesa desde París para llegar y ser acogido triunfalmente en el aeropuerto de Atenas en la noche del 23 al 24 de Julio de 1974. Rápidamente formó un gobierno de coalición que restauró la constitución de 1952, suspendió la ley marcial, liberó a los presos políticos y legalizó al partido comunista, ilegal desde 1947. Un año después, Karamanlis, ya primer ministro, le invitó oficialmente, y su visita marcó un hito en la vida política griega.
A Giscard los griegos le deben también el apoyo a su candidatura para entrar en el entonces Mercado Común aún sin cumplir muchos de los requisitos (incluidos su débil industria y su deficiente administración pública). Su entrada supuso una forma muy concreta y realista de los demás países miembros para reforzar la democracia helena. Karamanlis insistía desde el momento que Grecia pidió su admisión en 1975 que Europa era una palabra europea, dando a entender que «el espíritu griego contribuyó con la idea de libertad, verdad y belleza» a la cultura europea. Y el que mejor le entendió fue el propio Giscard d´Estaing, que consiguió la admisión de la república mediterránea en 1981, años antes que la de España y Portugal. Para él, según sus memorias, Grecia representa la «madre de todas las democracias», y no podía faltar. Y el propio Karamanlis llegó a decir que «D'Estaing favoreció de forma escandalosa a Grecia»...
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