La gran coalición alemana pierde la mayoría absoluta, según las encuestas

La gestión de la crisis de los refugiados, la falta de una alternativa clara en la sucesión interna y el ascenso de la extrema derecha, obstáculos para revalidar el triunfo en las elecciones de 2017

Sigmar Gabriel y Angela Merkel, en una imagen de archivo REUTERS

ROSALÍA SÁNCHEZ

Por primera vez en la gran coalición alemana, la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel más los socialdemócratas del SPD quedan en las encuestas por debajo del 50% que les garantiza esa posibilidad de gobierno. Según la última encuesta Insa, publicada hoy por «Bild», el 30% de la CDU y el 19% del SPD suman solamente el 49% y requerirían de otra fuerza política más para reeditar el actual modelo de gobierno, abocando al partido ganador a algún pacto experimental en un escenario de auge de la derecha populista de Alternativa para Alemania (AfD).

Con AfD entre el 13% y el 15% y con la extrema izquierda de Die Linke en el 9,5%, solo quedaría un resquicio continuista que podría consistir en implicar en el gobierno a Los Verdes o a los liberales del FDP, que hoy por hoy ni siquiera tienen representación parlamentaria. Y en todo caso queda en evidencia que la crisis del bipartidismo afecta también a Alemania, un país que, por su peso específico en la UE, es capaz de hacer cambiar el eje de rotación política del continente.

«Están causando mucho daño las desavenencias sobre la política de refugiados», ha reconodido el ministro de Interior, Thomas de Maizière

Para el compañero de partido de Merkel y ministro de Interior Thomas de Maizière, «están causando mucho daño las desavenencias sobre la política de refugiados » en el interior de la gran coalición de Berlín. Considera que las discusiones deberían mantenerse «de puertas adentro» y confía en que, todavía a año y medio de las siguientes elecciones generales , hay tiempo suficiente para dar la vuelta a esa tendencia.

Pero el problema parece más profundo que la coyuntural crisis de los refugiados, de efecto multiplicador, y está al menos en parte relacionado con la falta de relevo generacional al frente de los grandes partidos. Terminando ya su tercera legislatura, nadie sabe si Merkel piensa presentarse o no a una cuarta y en la CDU este es un tema tabú que nadie desea comentar en voz alta. En el SPD, sin embargo, el asunto de la sucesión de Sigmar Gabriel es objeto de abierto debate y el partido acaba de recibir un jarro de agua fría con la confirmación de Martin Schulz de que no está interesado en el liderazgo del SPD. «Mi sitio está en Europa» , ha dicho el presidente del Parlamento Europeo.

Otros candidatos

Además de Schulz, se barajan los nombres del ministro de Exteriores Frank-Walter Steinmeier , la ministra de Asuntos Sociales Andrea Nahles o el alcalde de Hamburgo, Olaf Scholz . Pero ninguna de esas personalidades políticas parece de antemano capaz de sacar al SPD del pozo de la opinión pública en que se halla ni mucho menos de abanderar, o siquiera respaldar a la CDU en el mayor reto al que se enfrentan los grandes partidos alemanes: la salvaguarda de los valores constitucionales y proeuropeos cuestionados ahora como nunca antes desde la II Guerra Mundial.

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