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El gran chasco de los seguidores de «Q»

La jura de Biden arruina todas las profecías de una teoría de la conspiración que vaticinó que Donald Trump se quedaría en el poder

El chamán Jake Angeli, miembro del movimiento «QAnon», junto a otros simpatizantes de Trump el pasado 6 de enero durante el asalto al Capitolio AFP
David Alandete

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Se acercaba el mediodía del 20 de enero. Quedaban solo unos segundos para que se cumpliera el plan. Era la hora de lo que se conocía como «La Tormenta». Donald Trump no estaba de camino a Florida, como habían dicho los medios. Era ... mentira, estaba en un búnker del que iba a emerger victorioso. La jura del cargo de Joe Biden era una trampa . Antes de tomar posesión, las fuerzas armadas desplegadas alrededor del Capitolio le detendrían a él y a todos los miembros secretos de la secta satánica que lleva años traficando con menores: los Clinton, los Obama, diputados y senadores, demócratas y republicanos, jueces y generales, aprovechando que estaban todos juntos en la ceremonia. Era una trampa. En ese momento Trump aparecería a través de un mensaje de vídeo, emitido por la fuerza en todas las frecuencias televisivas del país, en el que revelaría al mundo que sí, que él era «Q», el misterioso profeta de las redes sociales que llevaba años anunciando esta gran apoteosis.

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