Golpe a la camorra en Italia con la detención de familiares de un conocido político
Las autoridades advierten que, con la emergencia económica del coronavirus, las mafias hacen su agosto
La corrupción y lazos de la política con la mafia salen a la luz en la última operación policial contra la camorra, la mafia de la región de Campania. Por orden de la fiscalía de Nápoles han sido detenidas 59 personas, acusadas de numerosos delitos, entre ellos asociación mafiosa, corrupción electoral, extorsión y contratos fraudulentos. Entre los arrestados se encuentran tres hermanos del político Luigi Cesaro, expresidente de la provincia de Nápoles y senador de Forza Italia que lidera Silvio Berlusconi. El senador Cesaro está también entre las personas indagadas, pero la fiscalía de Nápoles se ha reservado el derecho de adoptar una decisión sobre él teniendo en cuenta su condición de parlamentario. La investigación policial ha descubierto que la camorra había puesto sus manos, mediante corrupción electoral y falsos contratos, en San’Antimo, un municipio de 34.000 habitantes de la provincia de Nápoles, donde son muy estrechas las relaciones de la camorra con los círculos políticos y empresariales. La fiscalía ha notificado la confiscación de bienes por valor de más de 80 millones de euros. Son tres los clanes involucrados: Los Puca, Verde y Ranucci, que han influido en las elecciones municipales de San’Antimo comprando votos y amenazando a concejales. Por cada voto se pagaba una tarifa de 50 euros . Con esos tres clanes mafiosos tiene relación la familia del senador Cesaro. Al parlamentario, que en el pasado ha sido involucrado en diversas investigaciones policiales, le llegó ya una notificación de arresto hace menos de un mes.
A nadie sorprende esta nueva operación policial. Se sabe que con la crisis del coronavirus ha surgido otra emergencia dramática como es la económica, en la que las mafias hacen su agosto. Hace una semana advertía de este grave riesgo el alcalde de Nápoles, Luigi de Magistris, en una entrevista en la RAI: «Hoy yo estoy mucho más preocupado por cosas que no se hablan en este país: La pandemia social y el contagio criminal. La crisis social y económica puede ser más grave que la epidemia del coronavirus. Mientras el Estado es lento, la criminalidad va a una velocidad supersónica».
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