Giuseppe Tringali
Europa responde compacta y redefine sus estrategias
EE.UU. ha concentrado su atención hacia el interior y el Pacífico, considerando su rivalidad con China
En los últimos veinte años, tras las crisis económicas, financieras, disrupciones tecnológicas y una pandemia mundial, los equilibrios mundiales se han modificado.
Europa, con su gobierno, ha renunciado a tener una clara y unitaria estrategia en su política internacional.
La Unión como entidad se ha distraído y dividido en tantas políticas internacionales, por los intereses de sus distintos miembros, que, en definitiva, ha dejado en la mano de Estados Unidos las decisiones más difíciles, como pasó con Yugoslavia.
Estados Unidos, después de muchos años de protagonismo internacional, ha decidido reducir su presencia en los teatros de guerras. La desastrosa salida de Afganistán ha sido la mayor evidencia de esta decisión.
EE.UU. ha concentrado su atención hacia el interior y el Pacífico, considerando su rivalidad con China.
Rusia, con la ambición de su presidente de recuperar protagonismo mundial, ha sido muy activa en Oriente Medio, en África, en América latina, ha movido fichas en Georgia y en Crimea; y ahora, después de una clara planificación preventiva, está intentando ocupar a Ucrania y quizás tiene en sus planes a otros países de la ex URSS .
Finalmente China en estos años ha sido la más activa con muchas inversiones en África, en América latina, en la misma Europa y después de hacerse con Hong Kong ahora mira a Taiwán.
Los movimientos e iniciativas de estos años de China y Rusia han modificado de hecho los equilibrios y apetitos de estas dos grandes potencias mundiales en contraposición al mundo occidental democrático y liberal.
Europa, abierta, democrática, libre y todavía ejemplo de bienestar a pesar de todas las recientes dificultades, de repente ha sido despertada a causa de una guerra inesperada a sus puertas.
Esta Europa y nuestra generación que no pensaba nunca el poder vivir de muy cerca estos dramáticos momentos ha entrado en un territorio desconocido y espantoso.
Afortunadamente se ha dado cuenta inmediatamente que no era una pesadilla nocturna, la invasión Rusa de Ucrania era una tremenda realidad.
Frente a la gravedad de la situación, todos los países europeos han compartido la voluntad firme y absoluta de defender los valores de la libertad y de la democracia.
La reacción ha sido sorprendente por su fuerza, unidad y rapidez.
En solo cuatro días, Europa ha actuado concretamente tomando decisiones unitarias en todos los ámbitos excluyendo, muy oportunamente, la intervención directa de sus ejércitos en Ucrania.
Europa y otros países han tomado decisiones históricas.
En Europa, por ejemplo, es la primera vez que Alemania aumenta su presupuesto militar y fuera de Europa, Suiza deja su neutralidad y participa en las sanciones financieras contra la economía y finanza Rusa.
La voluntad de la formación de una defensa militar y cibernética común y la planificación de una mayor autonomía energética hoy (como auspiciaba en mi último artículo) son ya objetivos urgentes y compartidos por toda Europa.
Todos esperamos que la grave situación actual se resuelva lo antes posible, pero no tenemos que confundir la esperanza con la realidad.
El momento es muy, muy complicado.
La pronta reacción de los países occidentales, las presiones y las sanciones de una Europa unida y firme son los grandes elementos de novedad que, se espera, puedan modificar el curso de los eventos y contener los agresivos planes del presidente Putin.