Gibraltar presiona a Londres para que la UE no la considere «colonia»

Los británicos necesitarían pedir visado para viajar a la UE si no hay acuerdo

Aeropuerto de Gibraltar, con el Penón al fondo Sergio Rodríguez

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La contumacia del eurodiputado laborista británico Claude Moraes , al que apoyan con entusiasmo las autoridades gibraltareñas y la prensa británica, mantiene en vilo a los responsables europeos, que intentan a toda costa tener preparados los mecanismos para evitar en lo posible las consecuencias negativas de un Brexit sin acuerdo. Este jueves terminó la sesión plenaria del Parlamento Europeo sin que Moraes hubiera accedido a presentar la dimisión como ponente de la legislación sobre exención de visados, tal como se lo había exigido el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani . Al contrario, en declaraciones a la prensa británica Moraes se queja de que está siendo «acosado» sobre todo por el grupo del Partido Popular Europeo y en concreto por el portavoz, Esteban González Pons . La base de la discusión es que Moraes se niega a aceptar que se denomine « colonia » a Gibraltar tal como pide el Consejo, donde España tiene un apoyo hasta ahora absoluto.

Moraes es el ponente de la legislación que se redacta para que, en caso de que no hubiera un acuerdo para una desconexión ordenada, los británicos pudieran seguir viajando sin visado a la zona Schengen. Teniendo en cuenta el calendario acordado en el Consejo Europeo, si este viernes los diputados británicos vuelven a rechazar el Acuerdo de Salida , solo habría una oportunidad para que se aprobase esta fórmula y que no tengan que pedir visado . Se podría votar primero en comisión el martes y aprobarse en el pleno el jueves. En caso contrario, el 12 de abril a medianoche hora de Bruselas todos los viajeros con pasaporte británico necesitarán pedir un visado, que cuesta 60 euros, lo que provocaría un colapso de las comunicaciones como no se ha conocido en la historia reciente.

Este jueves en Estrasburgo se había preparado una reunión entre Moraes y el líder del grupo socialista, el alemán Udo Bullmann , para tratar de desbloquear la situación, pero el británico decidió anularla en el último minuto. En declaraciones a la prensa de Londres, Moraes ha definido la situación como algo «sin precedentes», porque el Consejo y la Comisión defienden la inclusión de la nota a pie de página en la que se define a Gibraltar como colonia, en contra del interés del Reino Unido , que teóricamente todavía es un miembro de la UE. También asegura que en algunas reuniones del Parlamento Europeo ha sido objeto de «una atmósfera intimidatoria» y se ha quejado de que desde la prensa española «los ataques que he recibido han sido brutales, personales y permanentes».

Pendientes de una carta

En medios parlamentarios se considera totalmente improcedente que sea precisamente ahora un británico quien dirija en nombre de la UE la redacción de una legislación que afectará a su país cuando él ya no sea miembro del Parlamento Europeo. Aún más teniendo en cuenta que afecta a la gestión de la zona Schengen, de la que ni siquiera ahora forma parte el Reino Unido.

El primer ministro de Gibraltar, Fabian Picardo , ha pedido a Moraes «que resista» a «la presión de González Pons y sus compadres». Sorprendentemente para alguien que ha decidido vincular su suerte a la de los británicos que abandonan la UE, Picardo dice que «lo que está sucediendo con Moraes va en contra de los principios por los que el Parlamento Europeo existe».

El laborista sigue insistiendo en que su propuesta fue aprobada por unanimidad en el seno de la Comisión de Libertades sin la nota a pie de página que introdujo después el Consejo a petición de España, mencionando a la « colonia de Gibraltar » en el ámbito de aplicación. A diferencia del Parlamento, en el Consejo todas las discusiones que afectan al Brexit se llevan a cabo en ausencia de representantes británicos.

En las próximas horas el presidente del Consejo podría enviar una carta al del Parlamento para urgirle a que desbloquee la situación, porque se necesita el consenso de las dos instituciones. Del tono de la carta se verá si el Consejo mantiene su apoyo a España y sigue considerando la crisis como un conflicto interno del Parlamento.

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