Gibraltar, apenada por la cancelación del mitin de Cameron

El primer ministro anuló los actos de campaña tras el ataque a una parlamentaria laborista, aunque mantendría su reunión con el ministro principal del Peñón, Fabián Picardo, que le ha recibido en el aeropuerto

Un trabajador coloca la bandera de la Uniion Jack en una tienda de la plaza Casemates REUTERS

FERNANDO DEL VALLE

Un mazazo. Habían llegado con sus banderas de la Union Jack y la ilusión de ver por primera vez a un primer ministro británico en su territorio. Pero se han quedado con las ganas. La cancelación del mitin a favor de la permanencia en la Unión Europea que David Cameron iba a pronunciar este jueves en el Peñón ha sido un jarro de agua fría para los cientos de gibraltareños que desde un poco antes de la hora prevista habían comenzado a agolparse en torno al escenario dispuesto en Casemates Square . El ataque a la diputada laborista Jo Cox ha frustrado los planes del mandatario británico de hacer campaña en contra del «Brexit» en la Roca.

Peter Canessa, un funcionario del gobierno gibraltareño era el encargado de dar la noticia, poco antes de las cinco de la tarde. «Es una pena, pero las personas son lo primero». Lo afirma Aida, una sexagenaria que se autodenomina como «muy british» con ese singular acento que poseen los llanitos. Acompañada de cinco amigas y bien pertrechada con indumentaria indudablemente británica, confiesa que el miércoles sintió una gran alegría cuando se conoció que Cameron se dirigiría personalmente a ellos y cerraría una incomparecencia de décadas.

Por eso, las seis se habían plantado en la céntrica plaza. «Sólo con su deseo de venir, y de hecho está aquí , ha demostrado el cariño de todo el Reino Unido hacia el pueblo gibraltareño», subraya. Efectivamente, el primer ministro se ha enterado del ataque a la diputada laborista en el avión y ha aterrizado en el aeropuerto de Gibraltar, donde ha sido recibido por el ministro principal del Peñón, Fabián Picardo . «Quién sabe, aún quedan algunos días de campaña y por qué no va a venir», se consolaba otro matrimonio que enfilaba el camino de vuelta hacia su casa.

La plaza de Casemate se había dispuesto para la ocasión con un escenario central y unas gradas. Banderas británicas y de San Jorge ponían el colofón de una gran pantalla con los meas «In» y «Remain», aunque el verdadero ambiente se vivía en los bares aledaños donde se seguía el partido de fútbol de la Eurocopa que enfrentaba a Inglaterra con Gales.

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