El fuerte despliegue policial aborta la marcha por la devolución de Hong Kong a China

Justo un año después de su entrada en vigor, la draconiana Ley de Seguridad Nacional acaba con la tradicional manifestación reclamando democracia

La policía se lleva detenida a la 'Abuela Wong' AFP

Pablo M. Díez

Además del centenario del Partido Comunista de China, este jueves se conmemoraban en Hong Kong dos importantes efemérides, pero para las que había poco espíritu de celebración. Una era el 24º. aniversario de la devolución a China por parte del Reino Unido y la otra el año en vigor de la polémica Ley de Seguridad Nacional impuesta por Pekín, que está cortando las libertades de la antigua colonia.

Para impedir protestas como en años anteriores, la Policía desplegó a 10.000 agentes y cerró el Parque Victoria , punto de partida de las multitudinarias manifestaciones reclamando democracia en Hong Kong. Al igual que el año pasado, a la prohibición de la tradicional marcha del 1 de julio por los riesgos del coronavirus se sumó la ordenanza invocando la draconiana Ley de Seguridad Nacional, que criminaliza prácticamente toda oposición política.

«Tras sopesar la situación, hemos decidido que era mejor cerrar el Parque Victoria desde el mediodía. Cualquiera que entre o permanezca en la zona cerrada está sujeto a un castigo máximo de doce meses de cárcel», advirtió el superintendente de la Policía, Liauw Ka-kei, según recoge el periódico 'South China Morning Post'. Para clausurar este gigantesco espacio público con jardines y seis campitos de fútbol y baloncesto, se amparó en las convocatorias por internet a la marcha prohibida y en la detención el martes de dos hombres por posesión de explosivos.

Con tal que no se repitieran los incidentes del año pasado, cuando miles de personas desafiaron la prohibición policial y ocuparon el parque, la Policía desplegó un fuerte dispositivo alrededor y cerró varias calles en el distrito comercial de Causeway Bay. Allí, un agente fue apuñalado en la espalda por un sospechoso que fue reducido rápidamente, al parecer, también se acuchilló a sí mismo. Poco después, el agresor fallecía en el hospital, según informaban Oriental Daily y Hong Kong Free Press (HKFP). Además de detener a varios activistas por desórdenes públicos, entre ellos la 'Abuela Wong' que enarbola la 'Union Jack', impidió que los partidos y grupos demócratas montaran sus puestos y tenderetes en la zona para dar sus habituales discursos y repartir propaganda política. Una estampa que, hasta ahora, distinguía a Hong Kong del resto de China , pero que parece tener los días contados por el creciente autoritarismo del régimen de Pekín.

Por miedo a la Ley de Seguridad Nacional , que entró en vigor hace precisamente un año y prevé hasta cadena perpetua para la secesión, subversión, terrorismo y colusión con fuerzas extranjeras, fueron pocos los que se atrevieron a manifestarse por las calles. En solo un año, esta ley ha puesto entre rejas a medio centenar de políticos y diputados del bando demócrata, cuyas opciones de ser elegidos han quedado muy mermadas por una restrictiva ley electoral que exige lealtad al régimen. Además, solo 12 de los 61 acusados por la Ley de Seguridad Nacional han podido beneficiarse de la libertad bajo fianza.

Junto a la anulación de la oposición política, que ha llevado a algunas figuras prominentes a exiliarse, el recorte de libertades ha continuado con el cierre del periódico más crítico con Pekín: 'Apple Daily' . La detención de su fundador, el magnate Jimmy Lai, y sus máximos responsables llevó la semana pasada a su cierre después de 26 años por el embargo de sus activos.

Fruto de este nuevo clima de miedo en la ciudad, hasta ahora una de las más libres y cosmopolitas de Asia, las universidades y otras instituciones académicas y culturales han empezado a morderse la lengua y a retirar los libros más controvertidos de sus estanterías. Mientras sus críticos denuncian la pérdida de libertades que ha traído la Ley de Seguridad Nacional, sus partidarios se amparan en el fin de la violencia que desató la revuelta por la democracia de 2019, que hundió a Hong Kong en el caos y la recesión económica.

Ante la creciente represión, que ya se nota en los estamentos judiciales y en la Administración pública con el juramento de lealtad, muchos hongkoneses han optado por exiliarse en el Reino Unido, Canadá, Estados Unidos y Australia. Hasta 2025, Londres espera recibir a 322.000 hongkoneses con el pasaporte de Nacionales Británicos de Ultramar (BNO), concedido antes del traspaso de soberanía en 1997. Entonces, Pekín se comprometió a respetar sus libertades y autonomía durante al menos cuatro décadas. Pero 24 años después, y con solo uno de Ley de Seguridad Nacional, Hong Kong se parece cada vez más a China.

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